Un imán desaparecido: pieza clave en el rompecabezas de los atentados en Cataluña
Solitario, reservado, casi hermético; 45 años de edad, delgado, no llega a los 5.58 pies (1.70 metros) de altura. Un ermitaño musulmán. Así caracterizan las autoridades y los medios españoles a Adbelbaki Es Satty, un imán buscado por la policía regional de Cataluña, de quien sospechan que es el responsable de haber radicalizado a los terroristas que cometieron los atentados terroristas en Barcelona y Cambrils, en los que murieron 14 personas y más de 100 resultaron heridas.
Este sábado los Mossos d'Esquadra (policía catalana) practicaron un registro en la vivienda del imán en Ripoll, una población de 10,000 habitantes próxima a los pirineos, a 124 millas (200 kilómetros) de Barcelona, informó la agencia Efe.
Nourdden Elhaji, compañero de apartamento del imán, de español limitado, explicó que Es Satty era alguien "normal", y que lo vio por última vez el martes: "me dijo que se iba a ver a su esposa a Marruecos", a pesar de que en junio había comunicado que se iba tres meses a ese país.
El departamento es pequeño, de menos de 60 yardas cuadradas (50 m2), y está decorado muy modestamente. En la habitación del imán no quedaba nada, aparte del colchón, una mesita y unas estanterías.
Fuentes de la lucha antiterrorista dijeron a Efe que ese registro se hizo ante las sospechas de que ese imán podría mantener algún tipo de vinculación con los terroristas.
Los investigadores tratan también de determinar si el imán es el segundo fallecido hallado entre los escombros de la casa de Alcanar que explotó el pasado miércoles, y si su llegada a Ripoll hace dos años, pudo coincidir con el proceso de radicalización de los de la célula terrorista.
Fuentes de la lucha antiterrorista confirman que Es Satty salió de una prisión española en enero de 2012, donde estuvo preso durante dos años por drogas. Se lo responsabilizó de traficar hachís entre España y Marruecos.
En la cárcel se encargó de realizar el rezo para sus compañeros de celda musulmanes, dice El Mundo. Durante ese tiempo, cosechó amistad con Rachid Aglif, condenado a 18 años por haber participado en el atentado terrorista del 11 de marzo de 2004 en Madrid.
En el mismo pueblo, Ripoll, vivían tres de los atacantes abatidos en Cambrils el viernes: Moussa Oukabir, de 17 años, Said Aallaa, de 18, y Mohamed Hychami, de 24, los tres marroquíes. Allí residió también Younes Abouyaaqoub, el presunto conductor de la van con la que se cometió el atentado terrorista, y fueron detenidos tres sospechosos.
"Lo conocía de vista, pero es gente de la que no esperas una cosa así", dijo a la AFP Joan Gallego, un vecino de 47 años, refiriéndose al joven Younes. "Eran buena gente, no tenían antecedentes", añadió.
"Si un gobierno como el de Londres, como la CIA y el gobierno estadounidense, o España con el CNI (Centro Nacional de Inteligencia), e incluso el gobierno de Cataluña con los Mossos d'Esquadra (policía regional), no es capaz de frenarlos, ¿cómo va a frenarlo el ayuntamiento de un pueblo de 10.000 habitantes con 14 policías?", abundó el alcalde Jordi Munell, en una entrevista con la AFP.
Vecinos del pueblo consultados por el diario El País, señalaron que el imán expresaba su intención de mudarse a Bélgica, uno de los centros en los que se ha exportado más radicales de segunda generación al conflicto en Siria y objetivo de más de un ataque terrorista en años recientes.