México y la pederastia de los curas: los crímenes que oscurecen la devoción de uno de los países más católicos del mundo
Es el fervor guadalupano el que ha esculpido la fe de millones de mexicanos, pero la sombra del abuso sexual por parte de ciertos clérigos ha oscurecido su devoción. En uno de los países más católicos del mundo, con 98 millones de personas que profesan esa religión, las víctimas de curas pederastas se cuentan por decenas.
Estos son tres casos que han cimbrado a la Iglesia católica en México:
El sacerdote que busca Interpol en todo el mundo
Las acusaciones contra el cura Eduardo Córdova datan de la década de 1980. Hay más de 100 denuncias que se fueron acumulando desde que era profesor en una escuela católica. Pero la iglesia no actuó en su momento para detener a Córdova, según los denunciantes.
Marcial Maciel, el influyente cura que abusó a 60 menores
La Santa Sede supo desde la década de los cincuenta que Marcial Maciel era un pederasta. Sin embargo, el fundador de la poderosa congregación de los Legionarios de Cristo continuó abusando de decenas de menores, la mayoría seminaristas, hasta 2006, cuando el Vaticano le impuso un castigo simbólico: retirarse del sacerdocio para llevar una vida de “oración y penitencia”. Por eso sus crímenes quedaron impunes.
El padre Carlos, el pederasta más castigado en México
Carlos López era un sacerdote respetado y querido en el centro de México. Por eso la madre de Jesús Romero dejó que su hijo, de 11 años, viviera en la casa parroquial con el cura. Así comenzó el infierno del niño, quien fue abusado por López durante cinco años. Gracias a la denuncia de Romero, el padre católico recibió una condena de 63 años de cárcel, la mayor condena contra un pederasta en México.