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    Fue considerado un “niño héroe” en México. Ahora vive como indocumentado en EEUU

    Han pasado casi 10 años desde la explosión en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, en la Ciudad de México, un suceso que cambió la vida de Jonathan Tobón, el rescatista más joven de México.
    Publicado 29 Jun 2024 – 02:06 PM EDT | Actualizado 29 Jun 2024 – 05:40 PM EDT
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    Fue por un tiempo uno de los niños más conocidos de México: a los 11 años, Jonathan Tobón ayudó en las tareas de rescate de un hospital materno que explotó en un accidente.

    De un momento a otro pasó de ser un menor al que solo le preocupaba la escuela y jugar por las tardes, a convertirse en un “héroe” del que hablaban los medios y las autoridades.

    Ahora, con 20 años, recuerda esa hazaña que lo marcó en un momento de su vida, pero que a pesar de las promesas y expectativas que le generaron, no fueron suficientes para que pudiera construir su futuro en su país, por lo que tuvo que migrar a Estados Unidos.

    Esta es la historia del “niño topo”, el rescatista mexicano más joven de la historia.

    Una tragedia en un hospital que cambió la vida de Jonathan Tobón

    El fuerte sonido de la explosión de un hospital cercano a su casa despertó a Jonathan la mañana del 29 de enero de 2015 y, sin pensarlo, salió a ver cómo podía ayudar a las decenas de personas que quedaron atrapadas luego de que el edificio de dos pisos colapsara.

    Se trataba del Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa, que estalló luego de que se registrara una fuga de gas mientras un camión cisterna surtía de combustible el edificio.

    Los servicios de emergencia trataron de controlar la fuga, pero el gas ya se había dispersado por el hospital y, aunque el personal, ya había comenzado a desalojar a los pacientes, el tiempo no fue suficiente.

    A los pocos minutos la pipa de gas explotó. La onda expansiva derribó la parte de urgencias médicas y el área donde se encontraban los recién nacidos.

    El accidente dejó un saldo de siete muertos, incluidos dos bebés, y 66 heridos, de ellos, 22 recién nacidos.

    Una buena acción en un momento de necesidad

    Los vecinos de la zona fueron los primeros en ayudar a las personas que quedaron atrapadas entre los escombros. Rescatistas, bomberos y otros servicios de emergencia llegaron más tarde al lugar.

    Ahí fue cuando Jonathan entró en acción. El niño se fue acercando poco a poco a la zona del desastre hasta que estuvo en primera fila con los rescatistas que sacaban de los escombros a los pacientes del hospital.

    Jonathan ayudó a quitar algunas piedras para crear una ruta de salida del derrumbe del edificio a una tienda de campaña donde atenderían a los heridos, y ahí sucedió el momento que marcó su niñez.

    Lo dijo en cientos de entrevistas en 2015 y lo repite ahora a Univision Noticias, “nunca imaginé que eso me fuera a cambiar la vida”.

    “Uno de los rescatistas saca a un bebé de los escombros y me lo dio a mí”, cuanta Jonathan sobre esos segundos que lo catapultaron a la fama.

    El niño de 11 años sostuvo entre sus brazos a un recién nacido y se lo pasó a otro rescatista.

    “Se lo di a otro de los paramédicos que estaba junto a mí, pero como él no conocía la ruta que habíamos hecho para la salida, yo lo guié”, recuerda Jonathan.

    Después, se quedó ayudando en el hospital hasta que las autoridades no dejaron entrar más al área a ningún civil.

    “En la noche hacía frío y le dije a mi mamá que hiciera una olla de café y lo llevé a repartir entre los rescatistas que estaban en el lugar”, relata.

    Fue ahí cuando uno de los paramédicos lo reconoció y le dijo a uno de los rescatistas del popular grupo “Topos Azteca México”, que él había sido el niño que horas antes ayudó con los rescates.

    De un momento a otro Jonathan se convirtió en celebridad entre los equipos de rescate, los vecinos y más tarde en la televisión nacional.

    Los cinco minutos de fama del "niño topo"

    Tras su hazaña los reflectores enfocaron a Jonathan durante meses.

    A los pocos días de la explosión, el presidente de Topos Azteca México, Héctor “El Chino” Méndez, nombró a Jonathan como el "Topo Menor". Además, el niño recibió medallas y reconocimientos.

    Los medios nacionales realizaron infinidad de reportajes a cerca del “niño héreo”, el rescatista más joven en México. Los medios internacionales también hicieron eco, e incluso un grupo de periodistas viajó desde Japón para conocerlo. Una presentadora de un programa de televisión se llevó a Jonathan y a su familia a Acapulco a conocer el mar por primera vez, como regalo por su valentía.

    Y el gobierno de la Ciudad de México, a través del Instituto de Vivienda (INVI) otorgó a su familia un crédito para la adquisición de un departamento propio, que años después le entregaron.

    También le prometieron que continuarían dándole la beca “Niño Talento”, que Jonathan había ganado años atrás debido a sus buenas calificaciones en la escuela. Además, le aseguraron que incluirían a sus hermanos y otros compañeros de su escuela en otros programas sociales.

    Jonathan no recuerda bien cuánto duró el alboroto en los medios de comunicación y en su vida. Pero lo que sí tiene presente es que esa fama momentánea no lo llevó a ningún lado cuando llegó el momento de aterrizar en la realidad.

    “En su momento, como niño, te deslumbra (la popularidad), pero llegó un punto donde me estresé porque había muchas cámaras. Yo lo único que quería era jugar y me decían: ‘Hoy van a venir a grabar y a ver tu casa’, y se volvió incómodo”, dice Jonathan.

    La vida después de la fama de Jonathan Tobón

    De los sueños de convertirse en médico forense que tenía Jonathan a los 11 años ya no queda casi nada. De hecho, el “niño topo” abandonó la escuela hace unos años.

    “Yo era un alumno de excelencia, me gustaba mucho la escuela, era responsable, pero llegó la pandemia y todo era por computadora y a mí me frustran las computadoras. Reprobé muchas materias y decidí dejar la escuela”. Se quedó a un año de terminar el bachillerato.

    También muchas de las promesas que le hicieron durante su momento de gloria quedaron en el olvido. Los Topos Azteca México prometieron prepararlo con una serie de cursos, pero no sucedió, y con el paso de los años Jonathan no volvió a saber de ellos.

    Jonathan asegura que nunca pidió que cumplieran con lo que le prometieron o tampoco pidió más dádivas porque nunca quiso lucrar con la situación.

    “En ningún momento pedí algo porque sabía desde niño que no era algo para lucrar, murió gente, recién nacidos”.

    Así que luego de que se desvaneciera el furor de su acto heroico y tras dejar la escuela, Jonathan decidió migrar a Estados Unidos. Desde hace dos años, vive en Los Ángeles.

    “Como muchas personas lo hacen, entré al país ilegalmente. No es algo de lo que me avergüence, porque no hago nada malo. Solamente lo que hago es buscar una vida mejor, tener nuevas oportunidades”, cuenta.

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    La migración juvenil impulsada por la falta de oportunidades en México

    De acuerdo con cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), en lo que va del año, se reportaron más de 21,200 encuentros con menores de nacionalidad mexicana cruzando a Estados Unidos. La cifra ya casi alcanza los 28,355 niños migrantes no acompañados que se registraron en 2023.

    Un reporte del Observatorio de Migración Internacional y Movilidades Humanas (OMIMH) señala que además de la evidente proximidad geográfica con Estados Unidos con México, que es el principal destino de los migrantes mexicanos, las diversas causas de la migración juvenil se vinculan con los mercados de trabajo y con aspectos económicos y sociodemográficos.

    De acuerdo con el reporte, “el rápido crecimiento poblacional no ha sido acompañado de un crecimiento económico suficientemente dinámico y sostenido, derivando en una falta de empleos formales y en salarios bajos, por lo que muchos jóvenes, ya sea sin educación formal o con ésta, han buscado oportunidades laborales en el extranjero”.

    Lo mismo le sucedió a Jonathan, pese a que durante sus cinco minutos de fama tanto gobiernos locales como federales le ofrecieron ayudas, durante esta etapa temprana de la adultez esos apoyos no fueron suficientes para que pudiera tener la vida que él deseaba en México.

    “En México es muy difícil tener lo que a lo mejor puedes tener en Estados Unidos. Acá tengo dos trabajos. Por la mañana en una compañía que vende materiales y en la tarde en un restaurante”, dice el joven.

    Además de las pocas oportunidades laborales, otros factores están impulsando la migración juvenil.

    “La violencia de las pandillas, la inestabilidad, la pobreza y los acontecimientos relacionados con el clima se están apoderando de la región, de una manera alarmante, y empujando a más niños y niñas a abandonar sus hogares”, afirmó el director de Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) para América Latina y el Caribe, Garry Conille, en un reporte del año pasado que advierte del crecimiento de la migración juvenil en la región.
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    De "niño héroe" a joven migrante

    Ahora, como migrante, Jonathan no siente que a sus 20 años le haya fallado al niño que tenía grandes sueños. Dice que, con la madurez, se dio cuenta que esas metas depende de muchos factores que él no controla.

    “Yo cuando estaba niño tenía unos planes, lo que me proponía lo cumplía, y ahora, aunque ya cambió mi mentalidad, no siento que le haya fallado al Jonathan de antes”.

    “Cuando eres niño no te das cuenta que hay que pagar una renta, que hay muchos gastos en la casa. Ahora tengo que ver por mí mismo. Y aunque este es un país de oportunidades, también es un país muy difícil”.

    El joven está consiente que su estatus legal en Estados Unidos es un constante riesgo, por lo que quiere aprovechar el tiempo lo más que pueda para al igual que miles de migrantes pueda ahorrar dinero suficiente para poder comprar una propiedad en México.

    “Estamos en un país en el que sabemos que no es de nosotros y, en cualquier momento, las cosas se pueden poner muy difíciles y nos pueden mandar a México”.

    Jonathan cuenta que ahora en Estados Unidos muy pocas personas conocen su historia.

    “No voy por el mundo diciéndole a la gente: ‘Yo fui famoso’”.

    “Lo que viví en su momento fue muy bonito; pero se acabó y con los recuerdos son con lo que me quedo. Saber que ayudé a alguien y saber que en su momento fui reconocido”.

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