México presume resultados en la lucha contra el fentanilo, pero los efectos no llegan a EEUU, según expertos
La guerra contra la crisis de consumo de opioides en Estados Unidos tiene también a México como aliado. Dicho país asegura que sus esfuerzos por frenar el tráfico de precursores para elaborar drogas y las múltiples incautaciones que se han hecho en México han servido para disminuir la exportación de fentanilo al norte. Sin embargo, el consumo y las muertes en suelo estadounidense reflejan otros resultados, dicen expertos.
La canciller de México, Alicia Bárcena Ibarra, informó esta semana que las incautaciones de fentanilo en México han aumentado un 1,049% desde 2018 hasta marzo de 2023.
Bárcena resaltó ante la Asamblea General de la ONU que las acciones implementadas por el gobierno mexicano entre 2020 y 2023 “representan el 25% de las incautaciones de fentanilo a nivel global”.
Los resultados en México, ¿alentadores?
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, también resaltó los principales resultados contra la delincuencia en su quinto informe de gobierno, publicado el 1 de septiembre. Ahí señala que del 1 de diciembre de 2018 al 30 de junio de 2023 decomisaron 16,691 libras de fentanilo, un 1,323.1% más respecto a lo alcanzado en la anterior istración, en la que se decomisaron 1,172 libras.
El gobierno mexicano también incautó 647,804 libras de metanfetamina, lo que representa un aumento de 203.5% en comparación con las 213,409 libras decomisadas en el sexenio anterior.
El informe enfatiza que las autoridades mexicanas destruyeron 1,767 laboratorios clandestinos de metanfetamina, además de detener a 74,654 personas relacionadas con el tráfico de drogas.
Entre ellas destaca la detención de Ovidio Guzmán López, a quien el gobierno estadounidense señala como líder de “la operación de tráfico de fentanilo más grande, violenta y prolífica del mundo”, de acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
¿Está funcionando la estrategia?
Pese a los resultados presentados en México, los datos en Estados Unidos muestran otra realidad.
El fentanilo fue la principal causa de las más de 107,000 muertes por sobredosis en todo Estados Unidos entre julio de 2021 y junio de 2022, según datos oficiales. A ellos se suman casos de sobredosis accidentales por opioides en personas de 18 a 45 años de edad, de acuerdo con información del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos (DHS por sus siglas en inglés).
“Los estadounidenses están muriendo a un ritmo inimaginable y es necesario hacer más”, dijo Steve K. Francis, director interino de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI por sus siglas en inglés) en un reporte.
Víctor Sánchez, investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila y especialista en seguridad pública, coincide con que la estrategia implementada en México no ha sido suficiente para enfrentar la crisis de los opioides.
México “no ha hecho lo mínimo necesario para enfrentar la crisis del fentanilo”, dice Sánchez, quien también refiere que el gobierno mexicano ha desconocido en múltiples ocasiones el papel que tiene el país en la producción y distribución de esta droga a Estados Unidos, lo cual dificulta realizar esfuerzos conjuntos.
“El presidente ha negado de manera sistemática que en México se produzca fentanilo (...) Si niegas que México es uno de los principales puntos de ingreso de precursores químicos y de producción de fentanilo se refleja en que no estás haciendo el esfuerzo necesario”, dice el investigador.
Para David Saucedo, analista político y especialista en seguridad, México no ha tenido una estrategia clara para combatir las drogas sintéticas.
Saucedo opina que México sólo responde a una “serie de imposiciones, peticiones y solicitudes del gobierno de Estados Unidos para el combate al fentanilo, pero no es una estrategia diseñada por el gobierno federal (mexicano)”, dice.
Estadísticas y comparaciones inexactas para expertos
Sobre las estadísticas mostradas por el gobierno mexicano de incautaciones en los cinco años de mandato de López Obrador, Sánchez señala que no son un indicador para medir la efectividad y los buenos resultados de la estrategia implementada en México.
“El aumento de incautaciones lo que nos dice es que cada vez ingresan más precursores al país, cada vez se produce más fentanilo y por ende una consecuencia lógica es que hay más incautaciones”, puntualiza Sánchez, quien también atribuye el aumento de decomisos de precursores químicos y fentanilo se debe a la popularidad que ha tenido este tipo de droga en los últimos cinco años.
“Hacer una comparativa (con el sexenio anterior) no tiene correlación por que no era una droga relevante para incautar”, señala Sánchez.
“La trampa está en la métrica, ahora un volumen moderado de incautación genera estas métricas estratosféricas. Lo importante no es comparar las incautaciones con las del sexenio pasado. La métrica real sería comparar el volumen de las incautaciones contra el volumen de kilogramos que entra a los Estados Unidos”, dice Saucedo sobre las cifras del quinto informe de gobierno de López Obrador.
¿Extradición a la carta?
Al respecto de la detención de 74,654 personas vinculadas al tráfico de drogas que realizó el gobierno mexicano en cinco años, el especialista en seguridad señala que tampoco son un índice para medir el éxito de la campaña contra el fentanilo.
Lo mismo opina del proceso de extradición a Estados Unidos de uno de los líderes de ‘Los Chapitos’, acusado por las autoridades estadounidenses de coordinar un negocio criminal que ha generado una crisis de salud en el país.
“Las extradiciones se leen como una acción de parte del gobierno mexicano para calmar estas exigencias de Estados Unidos, pero muy poco se ha hecho para atajar el tema en términos globales”, dice Sánchez.
Saucedo coincide que la detención y extradición de ‘El Ratón’, como se le conoce a Ovidio Guzmán, fue debido a las presiones de Estados Unidos al presidente López Obrador.
Falta de cooperación
La falta de comunicación, colaboración y roces diplomáticos son los principales problemas para que la batalla contra las drogas sintéticas tenga resultados, consideran los expertos.
“Este esquema de desconfianza, de no colaboración entre ambos países, dificulta el poder dar una respuesta lógica, coordinada, entre las dos naciones para atajar el problema”, dice Sánchez.
Para Saucedo el problema radica en que el consumo de fentanilo no es muy popular en México, sin embargo, en Estados Unidos representa un problema de salud pública. “Aquí en México se siguen consumiendo otras drogas, como la metanfetamina, la cocaína y la marihuana, no tenemos una crisis de consumo de fentanilo, es más bien una problemática de los Estados Unidos, por eso no hay una estrategia mexicana para atacar el problema”, dice el analista.
El DHS anunció este 19 de septiembre que aumentará a presencia de agentes estadounidenses en territorio mexicano para reforzar su estrategia centrada en combatir la producción de fentanilo en México.
En su informe "Estrategia para combatir los opioides ilícitos", el Departamento de Estado enfatiza que la HSI “se expandirá agresivamente en México e implementará varios cambios operativos para mejorar su productividad y enfocarse en la investigación de la fabricación de opioides ilícitos”.
El DHS señala a México como el país donde se produce “la mayoría del fentanilo que causa estragos entre los estadounidenses”.
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