Esta es la estrategia de Maduro para que los militares lo sostengan en el poder... y estos son quienes la ejecutan

Caracas, VENEZUELA.- Nicolás Maduro está sentado sobre las gorras de un alto militar que hasta ahora se mantiene fiel al régimen chavista.
Si la fuerza armada venezolana fue el origen y esencia del presidente Hugo Chávez, quien sembró la semilla de un gobierno militarizado, para Maduro representa la razón principal de su sobrevivencia política.
Por esta razón Maduro ha maniobrado para que continúen en el alto mando militar algunos de los oficiales identificados como del 'chavismo originario' –aquellos que participaron en el intento de golpe de Estado del 4 de febrero de 1992– y otros identificados con el ala militar del chavismo en funciones de gobierno, alimentando en ellos una lealtad que garantice el respaldo de buena parte de la institución armada.
Maduro ha perfeccionado los programas sociales conocidos como misiones para que los militares que él escoja participen además en esos cargos de la istración pública donde tienen control de ciertas actividades lucrativas del Estado.
Es el caso de la adquisición y distribución de alimentos que llegan a la población en las conocidas “cajas Clap”, un beneficio al que solo tienen quienes se han plegado al mecanismo de control económico y social conocido como 'carnet de la Patria', según indica en su informe tras su reciente visita a Venezuela la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet.
Maduro avanzó en la configuración de una división militar y istrativa conocida como Regiones de Defensa Integral (Redi) y las Zonas de Defensa Integral (Zodi) con las que viene consolidando un sistema paralelo de gobiernos regionales en manos de militares.
Las Redi se equiparan a las definidas como regiones de defensa militar en las hipótesis de conflicto que maneja la institución armada y las Zodi se superponen a las gobernaciones. Es el poder de lo militar sobre lo civil.
¿Quiénes son los militares que sostienen a Maduro en el poder?
Según una investigación de la organización no gubernamental Control Ciudadano, que monitorea la actuación de la fuerza armada venezolana, 500 militares “han sido designados y continúan dirigiendo y monopolizando el sector de abastecimiento de productos de primera necesidad, sin que hasta la fecha puedan exhibirse logros en los propósitos establecidos desde su creación”.
“La lealtad la compra con el dinero al cual tienen en esos cargos. El grado de lealtad es de los militares que están enredados con hechos de corrupción”, refiere a Univisión Noticias un militar retirado de inteligencia de la Aviación, que prefirió no ser identificado.
Hasta la fecha un hombre clave en la garantía de este respaldo ha sido el general Vladimir Padrino López, su ministro de Defensa designado por él el 25 de octubre de 2014, quien en enero de 2015 aprobó la resolución 008610 que permitió el uso de armas de fuego para reprimir a quienes manifestaban en contra de Maduro.
“Padrino López es un fiel de balanza en el mundo militar, es el hombre que le garantiza a Maduro la gobernabilidad en los cuarteles, se entiende con las distintas facciones que hay en el Ejército y esto por supuesto que representa un beneficio para Maduro que de lo militar sabe poco o nada”, explica Javier Ignacio Mayorca, consultor en el área militar.
Tras su permanencia en La Habana, donde estuvo en septiembre de 2015 tratándose una enfermedad, regresó siendo el favorito de Cuba.
Tiene 35 años de servicio en la fuerza armada y “es la cabeza del alto mando militar que mutó al alto mando de la revolución” según señala José Arocha, teniente coronel (r) del Ejército. Arocha se fue de baja en 2009 por persecución.
“La operatividad real que mantiene al régimen no es la operatividad militar, sino la operatividad política”, apunta Arocha, quien fue detenido en mayo de 2014 y llevado a una dependencia de confinamiento conocida como 'La Tumba'. Salió de allí a finales de ese año tras quedar bajo un arresto domiciliario del que escapó en marzo de 2105.
Tres son las características comunes entre los oficiales que integran el alto mando militar de Maduro: unos son chavistas originarios; otros forman parte de la promoción de 1986 de Ejército “General de Brigada Francisco de Paula Alcántara”, sobre la cual Chávez tuvo ascendencia por haber sido comandante de ellos en el curso militar durante su último año en la academia militar; y otros de la promoción de 1987, “General Tomás Montilla” a la cual pertenece Diosdado Cabello.
Explica Javier Ignacio Mayorca, consultor en el área militar, que “ 75% de los oficiales de la fuerza armada se identifican como Ni-ni (institucionales) y opositores, que rechazan abiertamente al régimen. Solo un 25% se identifica con el oficialismo pero son oficialistas chavistas, no maduristas”
M aduro se sostiene con los militares porque además “la fuerza armada fue reestructurada para impedir cualquier éxito en movimiento golpista. Aunque se llame así Fuerza Armada Nacional, para dar la idea de unidad, realmente es una institución atomizada a partir de la última reestructuración”, detalla Mayorca.
Esa reestructuración fue la que promovió Chávez en 2009 con la creación de las 'Redi' y las 'Zodi'.
Juego trancado
Hasta los últimos días del mes pasado, luego del 24 de junio cuando se celebra el Día del Ejército, existía total expectativa con relación a la salida de Padrino del alto mando militar, pero más que por su próximo destino por la posibilidad que tendrían otros militares de ocupar su cargo.
Pero la nueva designación de ministro de la Defensa hay favoritos, como es el caso de Cabello con el almirante Ceballos Ichaso.
Aún cuando la última palabra está en las manos de Maduro eventos como el intento de alzamiento militar del pasado 30 de abril –para el cual Padrino reconoció que había sido ado para que se sumara a ese episodio liderado por Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional y presidente interino de Venezuela–, y ahora la muerte del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, quien estaba preso en la Dirección de Contrainteligencia Militar (Dgcim), son elementos de peso para una cuidadosa toma de decisión en estos cambios militares.
“Con los coletazos de la muerte del capitán de corbeta (Acosta) la situación podría cambiar nuevamente porque hay un ambiente enrarecido dentro de la fuerza armada. Esto puede ocasionar que Maduro tome la determinación de ratificar un año más al ministro de Defensa y el comandante del Ceofanb esperando que las aguas se calmen”, explica Mayorca.
El analista no duda que la fuerza más leal a Maduro siga siendo el Ejército, por varias razones: “desde el gobierno se tiende a beneficiar al Ejército, a darle mayor prominencia en la designación de los cargos, y el Ejército es además la fuerza que históricamente define la correlación política dentro de la fuerza armada y ahora también en el país".
"Allí es donde ha habido un interés especial por mantener y preservar la lealtad. En todas las demás fuerzas hay señales que serían muy preocupantes desde una perspectiva del presidente de la República”, detalla Mayorca.
Tan solo el año pasado Maduro se vió en la obligación de remover de sus cargos a todos los comandantes de las unidades navales. Y buena parte de los militares presos por disidencia política son de la Guardia Nacional componente militar que ha sido pieza clave en la represión de Maduro contra la oposición.
“Para donde quiera que Maduro voltee la mirada se va a conseguir descontento. Va a conseguir murmuraciones, incluso bulla. Entonces en el Ejército él por lo menos tiene la certeza de que el componente con el mayor poder de fuego está más próximo a él”, agrega Mayorca.
Según la organización no gubernamental Justicia Venezolana hay un total de 210 militares detenidos porque según el régimen de Maduro están implicados en supuestas acciones subversivas en su contra. Y de esos militares, según el informe de la organización no gubernamental de defensa de derechos humanos Provea 75 han sido torturados por otros militares en la Dgcim.
Maduro deberá decidir qué hacer con el cargo de ministro de Defensa: ratificar en el cargo a Padrino hasta que haya otro contexto que le permita hacer los cambios contando con la lealtad de los altos oficiales; o ungir a Ceballos Ichaso, al jefe del Ceofanb o al comandante del Ejército Suárez Chourio.
También puede apelar a un comodín que, aunque no integra el alto mando, es uno de sus más cercanos consejeros: el mayor general Angiolillo Fernández, secretario del Consejo de Defensa de la República Bolivariana de Venezuela, y quien forma parte del manejo directo de las relaciones de Maduro con Rusia, Irán, China y Cuba.