El exdictador panameño Manuel Noriega fue cremado y velado en una ceremonia privada
CIUDAD DE PANAMÁ, Panamá.- El exgeneral panameño Manuel Antonio Noriega, quien falleció la noche del lunes a los 83 años, fue cremado este martes en una funeraria de la Ciudad de Panamá y será velado por su familia en una ceremonia privada. Mientras, la sociedad panameña debate si su muerte es suficiente para cerrar o no el capítulo más oscuro de la República, el de su dictadura.
Sobre las 4:00 p.m. el cuerpo de Noriega fue enviado de la morgue del hospital público Santo Tomás hacia la funeraria Sercresa, la misma donde fue cremado uno de sus principales adversarios políticos, Guillermo Endara Gallimany. Una vez Noriega fue derrocado, el 20 de diciembre de 1989, Endara tomó posesión de la presidencia en la Embajada de Estados Unidos.
Las cenizas de Noriega las guardará su exesposa, Felicidad Siero, quien desde hace casi tres décadas no participa de la vida pública.
El gobierno panameño confirmó que por la muerte de Noriega no habrá días de duelo, ya que aunque el exdictador fue Jefe de Gobierno en 1989, su nombramiento fue declarado inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia panameña una vez fue derrocado. En consecuencia, tampoco habrá funeral de Estado.
Las hijas de Noriega —algunas de ellas activas en el opositor Partido Revolucionario Democrático— han pedido un sepelio privado, en un país que todavía resiente que Noriega no haya “hablado” sobre los crímenes ocurridos durante su dictadura.
“El capítulo se cerró para él y su familia, mas no para los desaparecidos”, contestó un de redes sociales a un tuit del presidente Juan Carlos Varela en el que dio por concluida la etapa sobre Noriega. “Con la defunción del exgeneral termina su vida pública”, ponderó Adalberto Littman, otro tuitero.
La última vez que se vio a Noriega fue en enero pasado, cuando compareció a un tribunal de garantías de la ciudad capital a una audiencia en la que se le concedió casa por cárcel. De este modo, Noriega pudo prepararse para la operación en la que le extirparon un tumor benigno alojado en la cabeza, de la que nunca se recuperó.
“No maté a nadie”, gritó Noriega ante un aforo de víctimas de la dictadura que pedían saber sobre el paradero del cuerpo de Hugo Spadafora, asesinado por los militares en la provincia occidental de Chiriquí en 1985, cuando el ahora exgeneral estaba al mando.
El Servicio Penitenciario panameño dijo “lamentar” el deceso de Noriega y aseguró que notificaron a su familia del hecho apenas sucedió, el lunes sobre las 11 de la noche.
“Se lleva sus secretos a la tumba, pero muchos conocen la verdad de sus atrocidades y deben hablar”, aseguró Alida Spadafora, hermana del desaparecido Hugo Spadafora.
