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    Alberto Fujimori, preso y enfermo, sigue definiendo la agenda política en Perú

    Indultar a Fujimori podría ser lo que necesita el gobierno de Pedro Pablo Kuczynski para cambiar de ánimo a la oposición. Pero la sola posibilidad enardece a muchos que han salido a protestar contra una eventual liberación del expresidente, preso desde 2007.
    10 Jul 2017 – 03:16 PM EDT
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    El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, dijo el viernes que los médicos evaluarán el estado de salud de Fujimori para determinar si debe otorgarle un "perdón médico" a su condena. Ese mismo día, miles de personas salieron a protestar contra esa posibilidad. Crédito: Ernesto Benavides / AFP / Getty Images

    LIMA, Perú.- Sobre la espalda de un equipo de médicos recaerá la responsabilidad de que el encarcelado expresidente peruano Alberto Fujimori abandone o no la prisión donde permanece desde hace casi 10 años por delitos de lesa humanidad y corrupción.

    Pese a estar preso, Fujimori sigue provocando sentimientos muy encontrados entre los peruanos. Su sola mención suele agitar el avispero de la política de este país. Su hija mayor Keiko es la líder de una oposición que ha puesto en más de una oportunidad entre las cuerdas al presidente Pedro Pablo Kuczynski en el casi año que tiene en el poder.

    Fuerza Popular, el partido de los fujimoristas, ha provocado que PPK, como se conoce al presidente, pierda a dos de sus ministros más importantes —entre ellos el de Economía— entre mayo y junio, en medio de cuestionamientos y propagación de audios grabados sin consentimiento de conversaciones privadas entre funcionarios.

    El propio Kuczynski ha tenido que aprovechar diferentes actividades oficiales para pedir a la oposición que lo deje gobernar. En un evento reciente en el interior del país exigió que lo dejen trabajar. “ No hagan intriga, no se bajen a ministros cada dos semanas porque así no podemos trabajar. Hagan su trabajo y déjennos hacer nuestro trabajo”.

    El comportamiento particularmente hostil de la oposición y el poco espacio de maniobra que tiene el mandatario, a quien la población le reclama por más seguridad, trabajo y combate férreo contra una extendida corrupción, ha generado preocupación sobre la gobernabilidad del país en momentos en que la economía se ha desacelerado notoriamente.

    Hay voces que consideran que indultar a Fujimori podría ser lo que necesita el Gobierno para cambiar de ánimo a la oposición, pero para otros, la sola posibilidad los enardece y muchos ya han salido a las calles a protestar contra una eventual salida del expresidente de la prisión policial en la que se encuentra desde que llegó al Perú extraditado de Chile en 2007.

    ¿Indulto? ¿Perdón médico?

    El tema del indulto a quien gobernó el Perú con mano dura durante 10 años en la década de 1990 es especialmente sensible en este país, dividido entre los que agradecen al exmandatario por vencer a los movimientos terroristas de Sendero Luminoso y MRTA, y encauzar a la economía, y los que repudian las masacres que se produjeron durante su gobierno en la lucha contrasubversiva y la fuerte corrupción que quedó al descubierto en un escándalo que acabó con su década de poder.

    El propio Alberto Fujimori, próximo a cumplir 79 años, ha estado usando las redes sociales para advertir sobre su estado de salud. A inicios de mayo tuiteó: “Me preocupa el riesgo latente que corro en cárcel de sufrir isquemia, infarto cerebral y hemiplejia por las continuas crisis hipertensivas”, “Mientras muchos opinan... la única realidad es que solo muriendo o estando en fase terminal podría salir en libertad”.



    Kuczysnki ha hecho mención en más de una oportunidad al tema y cuando Univisión Noticias le consultó al respecto durante una reunión con la prensa extranjera en marzo, ratificó lo que ya en plena campaña electoral había dicho, que si el Congreso aprueba que gente de determinada edad y de cierta condición física cumpla su sentencia en su casa, lo firmaría. Sin embargo, los parlamentarios fujimoristas han preferido que sea el presidente el que haga uso de su prerrogativa del indulto.

    En junio, PPK varió su respuesta ante las constantes preguntas sobre la posibilidad de concederle el indulto a Fujimori y afirmó que “el tiempo de hacerlo es ahora”, y hace pocos días el presidente peruano ha preferido referirse a esta opción como “perdón médico”.

    “Esto no es un indulto es un perdón médico. Esto está exclusivamente determinado por la opinión de médicos de primer nivel que verán cual es el estado de salud del ex presidente Fujimori”, dijo.

    Kuczynski estimó que antes de fin de año “podremos definir esto con opiniones profesionales” y aseguró que “se seguirá la recomendación médica”, en uno de los mensajes más claros que ha tenido al respecto.

    Keiko y Kenji, los herederos que difieren

    De los cuatro hijos que tiene Fujimori dos se han dedicado a hacer política, cada uno a su estilo. Mientras Keiko ha tomado las riendas del partido opositor y ha mostrado marcada distancia al gobierno de PPK, su hermano menor Kenji, congresista que fue elegido con la más alta votación en los últimos comicios generales, ha adoptado una posición más empática con la gestión del empresario e incluso ha tenido comentarios críticos contra su propia agrupación, lo que ha provocado que lo sometan al Comité de Disciplina de Fuerza Popular, decisión que, ha asegurado, no entiende.

    La agenda paralela del menor de los Fujimori, que en los últimos días se ha intensificado, ha llamado la atención. Incluso ha dejado entrever sus ganas de convertirse en presidente en el futuro. Muy activo en redes sociales, ha usado su cuenta en Twitter para subir fotos apoyando las acciones del ministro del Interior (cuestionado por sus colegas fujimoristas) y con la esposa de Kuczynski en una campaña de ayuda. Además ha tenido opiniones discordantes a su grupo en el Congreso,

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    “Lo importante es fomentar el diálogo, tender puentes con todas las fuerzas políticas, sobre todo en esta coyuntura y dejar de lado el color partidario y ponernos la blanquirroja” (en alusión a los colores de la bandera peruana), dijo luego de un encuentro informal con el presidente anticipándose a su hermana, quien solicitó una reunión con el mandatario a través de una carta que hizo pública y en la que pide abordar “temas modulares” ante “la desaceleración evidente de la economía peruana” y el “ambiente político de creciente crispación”.

    La reunión ha sido fijada para el martes en la sede del ejecutivo y según PPK, ambos hablarán de la gobernabilidad del Perú pero no sobre el indulto del recluido mandatario.


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