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Acoso Sexual

El movimiento #MeToo llega a México: Karla Souza no es la única que prefiere no dar nombres

Souza denunció que un director abusó de ella al inicio de su carrera. Además de ella, otras mexicanas reconocidas por su trabajo están dando un paso adelante para denunciar el acoso. Lo que ya empezó a identificarse como el #MeTooMx tiene, sin embargo, una particularidad: varias de estas mujeres aún prefieren callar el nombre de sus acosadores.
25 Feb 2018 – 08:41 AM EST
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Tres actrices, una deportista, una editora, una escritora y una standupera... todas tienen algo en común: son reconocidas en sus ámbitos profesionales y, en los días pasados decidieron hablar públicamente de los abusos sexuales que han sufrido en lo que parece ser el inicio del movimiento #MeToo en México.

A la denuncia de Karla Souza, que afirmó haber sido abusada por un director de cine al inicio de su carrera, se suman más voces. Los testimonios, recogidos por la periodista mexicana Carmen Aristegui y difundidos en CNN en Español y en el sitio Aristegui Noticias, van desde la misoginia a la degradación, la manipulación y el ostracismo, pero en todos los casos se trata de acosos que —de las formas más brutales a las más sutiles— condicionan el crecimiento profesional de la mujer a su sometimiento.

En medio de la discusión del problema hay un factor que destacar en el caso del #MeeToo mexicano: algunas de las denunciantes cuentan el abuso sin dar el nombre de sus acosadores. Aristegui afirma que ellas le dieron varios argumentos para no revelar la identidad de sus acosadores: " por miedo, por temor a que haya represalias mayores, por eventualmente tratarse de personas relacionadas con el mundo en el que ellas se desarrollan."

Por otra parte, algunas respuestas en las redes sociales también cuestionaron por qué la denuncia de estas mujeres llega tanto tiempo después de que fueron acosadas. La actriz Stephanie Sigman respondió en un tuit con una serie de razones encabezadas nuevamente por el miedo y seguidas por la falta de empatía social, la certeza de que serán revictimizadas/juzgadas, y las deficiencias del sistema de justicia mexicano, entre otras.


Estas son las mujeres que han relatado hasta hoy sus experiencias de acoso a Aristegui:

Karla Souza levanta la voz contra el director que la violó

La actriz mexicana que hoy vive en Los Ángeles y participa actualmente en la serie ‘How To Get Away With Murder’ al lado de Viola Davis declaró a Aristegui que al principio de su carrera cuando tenía apenas unos 20 años, un director la manipuló orillándola a permitir que la besara y la tocara “de formas en las que yo no quería ser tocada”.


Señaló también, visiblemente perturbada por atreverse a verbalizarlo, que en algún momento durante el período de acoso el director la agredió y la violó. La manipulación, detalló, empieza de forma muy relajada y normalizada “cuando te dicen: tú me debes a mí una, yo estoy teniendo que empujar por ti aunque no tengas nombre”.

Según contó, por una parte este hombre la hacía sentir especial, pero por la otra la castigaba maltratándola en público durante la filmación cuando ella se negaba a abrirle la puerta de su habitación de hotel a medianoche.

Aunque Souza no dio el nombre de su acosador, horas después de que se diera a conocer su testimonio, la empresa Televisa se deslindó de su relación laboral con el director Gustavo Loza y lo vinculó directamente con el testimonio de la actriz. El director y productor itió haber sostenido una larga relación sentimental secreta pero consensuada con Karla, pero negó haberla violado y dijo que procederá legalmente contra Televisa. Souza no ha hecho más declaraciones al respecto.

Stephanie Sigman, una chica Bond que tampoco se libró del acoso

La protagonista de Miss Bala, Stephanie Sigman, tampoco dijo nombres al relatar ante las cámaras de CNN que fue acosada en dos ocasiones por un director de cine . Sin embargo, reveló que se trata de alguien reconocido en festivales internacionales y que no acostumbra trabajar con actores.

La primera vez fue en una fiesta, él y su esposa metieron a la actriz a un cuarto oscuro y la tocaron sin su consentimiento hasta que ella pudo reaccionar entre el desconcierto y la indignación para quitárselos de encima.


A Sigman, que dice haber superado ambos episodios, lo que más le impresiona es la reacción de la gente a la que se lo contó en su momento: naturalizaban el episodio como si no tuviera nada de raro, nada de malo; decían, relata, que ya se sabía que él era así, como si existiera el consenso de aceptar esa conducta como parte del genio extravagante del cineasta. Añadió que si acaso sintiera que debe denunciarlo con nombre y apellido, lo haría de manera más oficial, ante la ley, pero que no está segura de necesitar hacer algo así.

Paola Núñez perdió su trabajo por no ceder ante su acosador


Núñez hace especial énfasis en que este acoso fue llevado con tal sutileza que ella lo permitió por demasiado tiempo, atormentada por las dudas que tenía sobre lo que estaba sucediendo: “Nunca intentó tocarme, nunca lo propuso, nunca propuso que yo hiciera algo sexual con él… Y como yo no estaba segura, me sentí tonta. Por no estar segura y por permitir cosas como que me citara a las 10 de la noche en su oficina, me hiciera tomarme fotos sin ropa o ver una película semipornográfica con él. El problema es que cuando dudas, no te atreves a comentarlo con nadie”.

Acorralada por un director que le exigía una demostración definitiva de cuánto le interesaba quedarse con el papel, la actriz renunció y lo perdió. Ella tampoco reveló el nombre de su acosador.

El abuso mental que cometió el entrenador de Azul Almazán

La clavadista que representó a México a los 19 años en las Olimpiadas de Sidney en el año 2000, sí da el nombre de su agresor: Francisco Rueda. Él fue su entrenador por mucho tiempo. Ella explicó que la relación entre un deportista y su entrenador suele ser muy estrecha. Desde ahí, contó, Rueda aprovechó el poder y la influencia que tenía sobre ella y otras atletas para transformar el entrenamiento en acoso, en masajes incómodos y situaciones inapropiadas (como recibirla en su casa mientras veía pornografía, o desvestido y solo cubierto por una cobija).


La consecuencia de denunciarlo ante los medios por aquellos años fue que ella se quedó sin entrenador un año y medio antes de alcanzar su sueño de llegar a las Olimpiadas. A pesar de que Azul consiguió calificar al torneo mundial por sus propios medios, el costo psicológico de ese período fue inmenso para ella: “Caí en depresión, me costó años salir de eso”.

El abuso mental, dice, fue más duro que si hubiera sido físico. Fernando Rueda reside ahora en Colombia y replicó para CNN en Español negando todo y extrañado de la falta de agradecimiento de Azul, luego de “haberla ayudado tanto”.

“El bully” de Sofía Niño de Rivera

Ella hoy goza de reconocimiento como standupera y habló a Aristegui de dos veces en que el periodista Ricardo Rocha la invitó a programas y la hizo sentir incómoda acercándose demasiado, tocándole el brazo y la espalda a pesar de que ella se retraía, además de exhibirla con comentarios sexistas demasiado enfocados en su físico y de pedirle que bailara.


Recordó también lo que vivió con el productor de TV Azteca Alejandro Romero, que gritaba mucho para imponer su poder y se le acercaba mucho para decirle que debía sentirse siempre guapa. Según lo que narra la comediante, cada vez que le puso un alto él la corrió del programa. Fueron 4 veces. Siempre la tuvo que volver a contratar porque los directivos no lo dejaban echarla definitivamente. “Era un bully”, remató.

Detalló además cómo en una reunión de trabajo reciente en “la que había mucho de por medio, alguien que tenía poder sobre mí, me recibió diciendo ‘¡Ay, te vestiste para mí!’ enfrente de todos. Nadie reaccionó, incluyéndome, porque es tal el shock de qué dijo y de la persona de la que viene…”.

Tanto Rocha como Romero replicaron al programa de Aristegui negando cualquier tipo de acoso en sus tratos con Sofía.

“En México nos sentimos muy amenazadas”: Lucy Lara

La editora de moda y belleza Lucy Lara, que ha dirigido publicaciones como Elle, Glamour o Marie Claire, entre otras, contó sin dar nombres cómo en una cena de trabajo, un jefe alcoholizado la abordó fuera del baño para besarla contra su voluntad. Tras esquivarlo, ella intentó hacerlo recapacitar mientras él insistía en que se fuera con él a París.


Dijo que se negó y recordó haberse sentido llena de incertidumbre al día siguiente, preguntándose: “¿Qué va a pasar con mi carrera ahora? Son tantos años… No entendía y no sabía qué hacer, hasta me cuestioné si debía ir a trabajar, así de vulnerable me sentí.” Según el testimonio de Lara, ella no fue la única, alguien antes había hablado de una situación similar pero no consiguió que hubiera consecuencias para el acosador.

“En México nos sentimos muy amenazadas. En general si accedes te va mal, si no accedes te va mal y si hablas también te va mal. Ellos se tapan unos a otros.” El proyecto que Lucy encabezaba por esos días se cerró a los dos meses del episodio: “Quién me dice que no fue porque no me fui a París?”

Sabina Berman: “Quieren cobrar con sexo lo que te mereces por trabajo”

La reconocida dramaturga y escritora abordó la discusión del tema puntualizando que el acoso no tiene que ver con el erotismo sino con el poder y que ocurre cuando “alguien con una subordinada, en las oficinas, le quiere cobrar con sexo lo que ella se merece por su trabajo. Es un acto de sometimiento”.


Su testimonio narra cómo cuando tenía 19 años e iniciaba su carrera empezó a ser acosada sistemática y públicamente por el fallecido José María Fernández Unsáin, entonces director de la Sociedad General de Escritores de México. La escritora detalló que éste la hacía pasar a su oficina cada que iba a cobrar un cheque y que en ese despacho él llegó a tocarla inapropiadamente e incluso a sacarse el miembro del pantalón en alguna ocasión. También dijo que ese acoso duró 10 años y que solo consiguió detenerlo cuando pudo pagarle a un asistente que fuera a hacer los cobros por ella.

Berman nunca se atrevió a detenerlo ni a denunciarlo, reconoce que lo naturalizó como algo que así pasa, que es parte de ser mujer en un mundo laboral dominado por hombres.

No podemos saber qué hubiera contestado Fernández Unsáin, si se hubiera defendido o hubiera negado el abuso. Pero Berman refrendó su historia afirmando que el acoso también sucedía en público: “Hablaba de mí frente a otros dramaturgos en términos sexuales. Decía que era apretada, que no cedía”.

El que desnudaba actrices adolescentes en las audiciones

Sabina Berman también contó que hace 4 años, siendo guionista de la película ‘Gloria’ (que retrata la historia de abuso de menores que llevó a Sergio Andrade y a Gloria Trevi a prisión en la cumbre de su carrera), fue informada de que uno de los encargados de reclutar actores y actrices estaba pidiendo a las aspirantes (de entre 12 y 14 años) que se desnudaran, se acostaran en el piso y abrieran las piernas durante las audiciones.

La escritora narró que, en cuanto lo supo, llamó a la casa productora para interrumpir los abusos pero lamentó no haber denunciado ese acoso ante la policía, y reflexionó que la razón de su proceder tiene que ver con lo normalizadas que están esas prácticas en el medio de la farándula.


En su declaración inicial, a pesar de no decir un nombre, Berman señaló equivocadamente que el abuso lo había cometido el "director de casting" del filme. Horas después precisó que no había sido él sino alguien del equipo de arte y se disculpó públicamente por su error.

Por último, dijo que también fue testigo del acoso que sufrió la dramaturga María Morett por parte de su tutor, luego de recibir una beca del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes. Según narró, por aquellos días habló con la dirección de la institución y se le pidió al acosador que cesara su actitud, aunque sin mayores consecuencias.

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