Fiscal general de Pennsylvania dice que el Vaticano sabía del encubrimiento a sacerdotes acusados de abuso sexual
El fiscal general de Pennsylvania dijo este martes que el Vaticano sabía sobre el encubrimiento que involucra a más de 300 religiosos acusados de abuso sexual contra más de 1,000 niños en un período de unos 70 años.
"No puedo hablar específicamente del papa Francisco", dijo Josh Shapiro, fiscal general de Pennsylvania, en el programa Today de la cadena NBC. Pero "tenemos pruebas de que el Vaticano tenía conocimiento del encubrimiento", agregó en la última acusación contra la iglesia católica.
Shapiro no especificó qué evidencia tiene que sugiera que el Vaticano sabía de un encubrimiento. Pero el vocero del Vaticano, Greg Burke, dijo el martes a la cadena CNN que el Vaticano necesitaría conocer más detalles sobre la evidencia antes de comentar.
El informe
La segunda semana de agosto la Fiscalía General de Pennsylvania publicó un informe de 1,300 páginas de un Gran Jurado sobre los abusos sexuales cometidos en seis diócesis de ese estado. El informe, que demoró dos años de investigaciones y contó con la ayuda de agentes del FBI, identifica con nombres y apellidos a 301 sacerdotes predadores que abusaron a más de 1,000 menores en un período de más de seis décadas.
El reporte apunta a una jerarquía que no supo proteger a los niños, hombres y mujeres, algunos incluso de siete años, quienes vieron violados en más de una ocasión y los responsables fueron encubiertos por sus superiores.
Los abusos van desde las molestias hasta las violaciones, «pero todos fueron menospreciados, en todas las partes del Estado, por los líderes de la Iglesia que prefirieron proteger a los abusadores y su institución principalmente”, escribió el Gran Jurado.
“Debido al encubrimiento, todas las instancias de abuso que hemos encontrado ya han caído en prescripción. Esto no significa que ya no haya predadores»”, resalta el informe, y apunta que dos sacerdotes (uno de la diócesis de Greensburg y otro de la diócesis de Erie) fueron recientemente objeto de investigaciones por abusos cometidos en los últimos diez años”.
El encubrimiento
El informe del Gran Jurado también describe la estrategia utilizada por la jerarquía para encubrir los abusos:
- Primero, asegurarse de utilizar eufemismos en lugar de las palabras verdaderas que describen los ataques sexuales en los documentos diocesanos: nunca decir “violación”, sino “o inapropiado” o “cuestión de límite”.
- Segundo, no hacer una verdadera investigación con personal profesional adecuado, sino llevar a cabo investigaciones discretas.
- Tercero, enviar al sacerdote a una “evaluación” a un centro de tratamiento psiquiátrico istrado por la Iglesia y establecer si el sacerdote era pederasta basándose principalmente en las declaraciones del mismo sacerdote, sin importar que haya habido os con un niño.
- Cuatro, cuando un sacerdote sea destituido, no explicar por qué, sino decir a los parroquianos que se trata “por motivos de salud”.
- Quinto, si un predador es descubierto, no hay que destituirlo, sino enviarlo a un nuevo destino en donde nadie supiera que era un abusador de menores.
- Sexto, no advertir a la policía.
Detalles de la investigación
Los 23 del Gran Jurado se reunieron durante dos años y "desenterraron más de 301 sacerdotes depredadores, más de mil víctimas: niños de Pensilvania", dijo Shapiro.
"Descubrieron que no solo había abuso sexual generalizado, violación de niños, sino que descubrieron que había un encubrimiento sistemático que llegó hasta el Vaticano", agregó el Fiscal General.
EL informe del Gran Jurado de Pensilvania ha motivado a otros Estados a iniciar sus investigaciones sobre denuncias similares del clero católico.
Shapiro dijo que dos semanas después de la publicación del reporte, una línea directa de denuncias ha recibido más de 730 llamados, dijo CNN.
Respuesta del Papa
Poco después de la publicación del informe, el Vaticano publicó una “Carta del Papa Francisco al Pueblo de Dios” en la que el Pontífice expresó su enérgica condena a los abusos sexuales cometidos durante décadas por sacerdotes en Pensilvania y reconoce que ningún esfuerzo por pedir perdón y reparar los daños será suficiente.
En la misiva, fechada el 20 de agosto, el Papa indica que “nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar el daño causado” ante los “abusos sexuales , de poder y de conciencia” cometidos por un “notable número de clérigos y personas consagradas”.
“El dolor de las víctimas y sus familias es también nuestro dolor, por eso urge reafirmar una vez más nuestro compromiso para garantizar la protección de los menores y de los adultos en situación de vulnerabilidad”, aseguró.
Dos semanas después de la difusión del informe, el exembajador del Vaticano en Washington, el arzobispo Carlo María Viganò, publicó un testimonio de 11 páginas pone en evidencia la gravedad del escándalo de los abusos sexuales del clero, crisis que en algunos países como Chile provocó la renuncia hace unas semanas de la totalidad de los de la Conferencia de Obispos.
Viganò acusó a varios prelados de complicidad con el Arzobispo Emérito de Washington Theodore McCarrick, implicado en denuncias de abusos sexuales, y aseguró que el Papa Francisco le retiró sanciones que ya habían sido impuestas por Benedicto XVI.
“Obispos y sacerdotes, abusando de su autoridad, han cometido horrendos crímenes en detrimento de sus fieles, menores, víctimas inocentes y jóvenes ansiosos por ofrecer sus vidas a la Iglesia, o por su silencio no han impedido que tales crímenes sigan siendo perpetrados”, se lee en la carta escrita por el exnuncio apostólico de Su Santidad.
El Papa Francisco ga guandado silencio respecto a la carta de Viganò.