La gente está muy enojada porque Bob Dylan no se dejó fotografiar en Desert Trip

En una edición completamente utópica, los creadores del Coachella Music Festival idearon el cartel con los íconos más grandes del rock como lo conocemos ahora. Un fin de semana con los Rolling Stones, Neil Young, Bob Dylan, Paul McCartney, The Who y Roger Waters. Anoche se llevó a cabo la primera fecha de Desert Trip, este concierto mítico que llevamos esperando desde hace meses.
El encargado de romper el silencio e inaugurar este momento único e irrepetible en la historia reciente del rock, fue el señor Bob Dylan, que debajo de un sombrero de ala ancha y detrás de múltiples instrumentos como el piano y la guitarra construyó las bases de este inmenso sueño hecho realidad.
De pronto, en medio de su excelentísimo set, que continuó con ‘Don't Think Twice, It's All Right’, ‘Highway 61 Revisited’ y la increíble ‘It's All Over Now, Baby Blue’ del clásico Bringing It All Back Home, la gente empezó a manifestar algunas quejas a través de sus redes sociales, como ya es costumbre en esta era de cuasi-cyborgs quejumbrosos que somos. Dylan no interactuó con el público. Se subió, tocó su set de corrido, terminó, y se bajó. Como los grandes.
Por muchas razones, y todas tienen que ver con la personalidad de Bobby, como le dice la estrella del punk Patti Smith cariñosamente, esta no es la primera vez que su audiencia festivalera se siente traicionada por él. Históricamente se ha demostrado que a Dylan no le gusta tocar en festivales y siempre ha dejado a mucha gente enojada por la manera en la que decide dar sus shows masivos.
Prueba de ello está la famosa controversia en el Newport Folk Festival, cuando Dylan se enchufó por primera vez a una guitarra eléctrica y la gente lo abucheó. Los principales del movimiento folk, incluyendo al intelectual Irwin Silber y el cantante Ewan MacColl criticaron a Dylan por alejarse de la composición política, y presentarse con una banda y una guitarra eléctrica.
Déjenme decirles una cosa. Que Bob Dylan haya logrado hacer enojar a la gente del siglo XXI en el marco de un festival con tanto valor sentimental para tres generaciones completas, los baby boomers, la generación X y algunos millennials, es una hazaña como solo las sabe orquestar el autor de ‘Rainy Day Women #12 & 35’, mejor conocida como ‘Everybody must get stoned’.
Dylan le dio a la gente de este siglo en donde más le duele: nadie pudo subir una foto decente del show a sus redes sociales. #GanóDylan #TheTimesTheyAreAChangin. No podemos saber si la intención de Dylan era darle una lección a un público completamente enajenado que acostumbra a ver los shows en vivo a través de sus propias pantallitas que a su vez registran lo que transmite una pantallota en lugar de vivir la experiencia sin ningún filtro y sin transmitirlo en vivo para que nadie lo vea después. Lo que sí podemos ver es que hasta hoy, después de casi 60 años de haber roto con todos los esquemas posibles, Dylan sigue siendo relevante a niveles que nos superan a todos.