La Vía Láctea murió una vez, pero lo más increíble es que las estrellas recuerdan su renacimiento
Nuestra Vía Láctea tiene una larga y compleja historia, pero ahora sabemos que es incluso más interesante de lo que pensábamos. La investigación del registro de las estrellas se hizo por astrónomos de la Universidad de Tohoku, en Japón. Lo que encontraron es que nuestra galaxia murió una vez y revivió, o sea que actualmente estamos viviendo en su segunda vida.
El período analizado fue de 10 mil millones de años y se encontró que las estrellas se formaron en dos etapas, separadas por un período de inactividad de varios millones de años. Este tipo de teorías se había aplicado a galaxias más grandes, pero todo indica que aplica también a la Vía Láctea.
¿Por qué las estrellas cuentan esta historia?
Las estrellas son capaces de mostrar la historia de la galaxia a través de la composición del gas del que están formadas. La abundancia de este elemento en el período de su nacimiento queda fijado en su composición. En la Vía Láctea hay dos tipos de estrellas, unas con mayor cantidad de oxígeno, magnesio y silicio y otras con mayor presencia de hierro.
Según los investigadores, las primeras estrellas se formaron con un gas frío que se llenó de oxígeno, magnesio y silicio debido a la explosión de supernovas. Las ondas de shock calentaron el gas hace 7 mil millones de años y eso causó que dejara de moverse y por lo tanto, no se formaran más estrellas. Con explosiones retardadas de supernovas tipo Ia el hierro empezó a inyectarse en el gas y a moverse hace 5 mil millones de años, formando una nueva generación de estrellas. Nuestro Sol, por ejemplo, es rico en hierro.
Otras galaxias como Andrómeda también tuvieron este proceso de formación de estrellas en dos etapas. El modelo se aplica a galaxias espiral del estilo de la Vía Láctea, pero no a las más pequeñas que siguen generando estrellas de forma continua.
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