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¿Es la manzana el fruto prohibido? Historia de esta fruta y cómo llegó hasta tu mesa

Publicado 16 Oct 2018 – 02:06 PM EDT | Actualizado 16 Oct 2018 – 02:06 PM EDT
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¿A quién no le gustan las manzanas? Esta histórica y mítica fruta, versátil, exquisita y diversa con tantas variedades para probar, pero, ¡a qué no sabes cuál es su origen! La historia de la manzana es muy interesante, y en esta ocasión te compartimos un poco de ella.

El origen de la manzana

Los humanos consumimos manzana ( Malus domestica) desde hace más de 10 mil años. Se cree que el origen de esta fruta está situado en las montañas de Tien Shan, en Kazajistán, hace millones de años. Era más pequeña y amarga que las manzanas que consumimos ahora.

Y es que al ir eligiendo las más dulces y jugosas, se efectuó un proceso de selección en el que los humanos esparcían las semillas de las mejores manzanas. Durante mucho tiempo las manzanas dependían del consumo por parte de los animales para propagarse: la forma de su semilla permite pasar por el tracto digestivo de humanos y otros animales y salir intacta a varios kilómetros de distancia.

Con el tiempo, las personas aprendieron a cultivarlas por medio de injertos, lo cual permitía propagar el sabor de las buenas manzanas y desechar las más amargas y desagradables. Anteriormente, tenían que cortar los árboles de las manzanas menos ricas y marcar los de las manzanas agradables para usarlos.

La manzana en la mitología y la literatura

Las manzanas están muy ligadas a las mitologías germánica, noruega, grecolatina y al cristianismo. De acuerdo con National Geographic, se considera que la primera referencia escrita a esta fruta está en la emblemática obra del poeta griego Homero, Odisea. La manzana de la discordia fue la que inició la guerra de Troya.

Por otra parte, el fruto prohibido del antiguo testamento no se menciona, y probablemente fuera un higo, pero el arte cristiano popularizó la imagen de una manzana, como la fruta de la seducción.

Pero fue el Imperio Persa que expandió el consumo de la manzana en lo que ahora conocemos como Europa Oriental y Asia Menor. Cuando Alejandro Magno conquistó Persia, se llevó con él mucho más que tesoros y cultura, se llevó también el gusto por las manzanas y otras frutas, el cual propagó por todos los territorios que conquistó. Posteriormente, el Imperio Romano siguió extendiendo su consumo en cada una de sus conquistas.

La manzana conquista el mundo

Cuando los romanos llegaron a Bretaña, ya existían en la isla variedades de manzanas silvestres que se usaban principalmente para la fabricación de cidra. Sin embargo, a los romanos no les gustaban esas manzanas amargas, por lo que introdujeron en España, Francia e Inglaterra la nueva variedad de manzanas dulces para comer en la mesa. La costumbre romana indicaba que toda buena comida debía empezar por huevos y terminar con manzanas para el postre.

Luego de la caída del Imperio Romano, cayó también el cultivo de árboles frutales. Pero la expansión del cristianismo la mantuvo un poco en los monasterios para el autoconsumo de los monjes. Hacia el siglo XVII hubo un nuevo auge en el cultivo de manzanas gracias a los mojes Cistercianos. Sus abadías propagaron el fruto desde Escocia hasta Alemania y de Suecia a Portugal.

Mientras tanto, el mundo islámico hacía sus conquistas y también preserbava la horticultura de los territorios que conquistaba. Así hubo un auge de árboles frutales en toda la Península Ibérica. El Islam no solo preservó una gran variedad de frutas y vegetales, sino que los expandió y mejoró.

La manzana en América

Hacia el siglo XIII las manzanas se cultivaban por toda Asia, Europa y el norte de África.Eran símbolo de estatus y se nombraba cada variedad, tratando siempre de cultivar la más dulce y adecuada para el consumo. Durante la colonización de América en los siglos XVI y XVII, los europeos llevaron consigo sus variedades.

En Norteamérica el objetivo de los primeros cultivos de manzana fue la producción de sidra. Proliferaron también cultivos en Centro y Suramérica, a través de los españoles y portugueses. La fruta se adaptó tan bien a las condiciones locales que Charles Darwin encontró árboles de manzana creciendo por sí mismos cuando estuvo en Chile en 1835.

La manzana en África y Oceanía

Por otra parte, la manzana fue llevada al sur de África en 1654. Alrededor de 1890, una plaga arruinó los viñedos de la zona y tuvieron que recurrir a esta fruta para subsistir, lo cual ayudó la floreciente industria frutal de la zona.

A Australia y Nueva Zelanda llegaron en 1788. El éxito de sus cosechas tiene que ver con las estaciones del año que son opuestas al hemisferio Norte. Por eso, producían manzanas cuando no había en el otro lado del mundo, lo que permitió que hubiera manzanas todo el año en los mercados de mayor consumo de la fruta.

Variedades de la manzana

Así es como llegó esta fruta hasta nuestros días. En la actualidad existen más de 7 mil variedades de manzanas que se usan para todo tipo de comidas, bebidas y aderezos: desde sidra, jugos y vinagre hasta ensaladas y platos salados, así como postres crudos y horneados.

Son muchísimas las variedades, colores y sabores que pueden encontrarse en el supermercado: está la roja Red Delicious, la dulcísima amarilla Golden Delicious, la verde Granny Smith, la rosa y crujiente Pink Lady, las grandes y medio anaranjadas Fuji o las redondas, rojo claro y pequeñas Royal Gala.

¿Ganas de comer manzana? Aprovecha estas recetas:

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