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Vogue se despide de Michelle Obama con una última portada

La primera dama protagoniza el nuevo número de la revista de moda con un vestido de Carolina Herrera y una actitud más relajada que la de sus anteriores apariciones en la publicación. Se trata de un ejemplo más del papel que han ejercido los medios femeninos en el discurso político.
11 Nov 2016 – 05:50 PM EST
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En la fotografía, tomada por Annie Leibovitz, luce un vestido de Carolina Herrera. Crédito: Vogue / Annie Leibovitz

Un día que acababa de llover Michelle Obama miraba por la ventana hacia los jardines del South Lawn y al monumento de Washington. El agua de la lluvia hacía que el césped brillase más de lo normal y en ese momento la primera dama se dio cuenta de que aquellas vistas no estarían ahí para siempre, que pronto iba a tener que dejar el hogar en el que había vivido durante los últimos ocho años. La Casa Blanca ya no sería su casa.

Así lo relata en un reportaje publicado por la revista Vogue que saldrá a la venta a finales de noviembre. La edición estadounidense de la revista de moda ha querido rendir un homenaje dedicándole su última portada como primera dama. Se trata de la tercera vez que Michelle protagoniza un número de esta publicación.


En el artículo, Michelle habla de su paso por la posición de primera dama con declaraciones que nos ayudan a imaginar qué supone vivir en su situación. Ha revelado que llora de emoción muy a menudo y que tanto ella como Barack son muy testarudos.

“Podría haberme pasado ocho años sin hacer nada y, de algún modo, habría estado bien", dice. "Podría haberme centrado en las flores. En la decoración. Podría haberme centrado en el entretenimiento. Porque cualquier primera dama, por derecho, tiene la opción de definir su papel. No hay una autoridad legislativa; no has sido elegida por los votantes. Y eso es un gran regalo de libertad".

Barack Obama también comparte unas palabras sobre su esposa: “Michelle nunca pidió ser primera dama... Como muchas esposas de políticos, el papel le fue impuesto. Pero siempre supe que sería fantástica en ese rol y pondría su propio sello en ese trabajo. Eso es porque ella es tal y como la ven —la mujer brillante, divertida y generosa que por cualquier razón, aceptó casarse conmigo; creo que la gente la ira porque se ven a ellos mismos en ella— una madre entregada, una buena amiga y alguien que no tiene miedo a reírse de sí misma de vez en cuando".

La primera vez que protagonizó una portada para Vogue fue en 2009, poco después de que Barack Obama llegara a la presidencia. La pose entonces era natural, pero conservadora y correcta para una mujer en su posición. En la segunda portada, de 2013, adoptaba un gesto mucho más serio y tradicional, con una postura recta.

En cambio, en esta última se muestra a una primera dama como si se tratara de una glamurosa estrella de cine. Es un ejemplo más de la evolución de Michelle frente al público y de cómo se ha ganado el estatus de icono de estilo y el de oradora influyente.

Las revistas femeninas tuvieron un papel esencial durante las elecciones gracias a su cobertura de los temas que afectan a las mujeres y, sobre todo, por la labor crítica que realizaron respecto al presidente electo Donald Trump. En el caso de Vogue, ésta fue la primera ocasión en su historia en la que apoyaron públicamente a un candidato (Hillary Clinton).

Al margen de la efectividad que tuvo o no tal esfuerzo, resulta relevante considerar a los medios especializados en la mujer como un nuevo agente en la conversación política.

Ver también:
Michelle y Barack Obama: los amantes de la Casa Blanca

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