Lo que deberías estar comiendo para celebrar el regreso de Harry Potter

A propósito del lanzamiento de la nueva historia de Harry Potter, "Harry Potter y el legado maldito", los millones de fans de la saga están de plácemes.
A pesar de que no se trata de una novela sino de un guión en el que se echan en falta las vastas descripciones de la escocesa J. K. Rowling, los críticos coinciden en que la historia está al nivel de las narradas en las 7 novelas que conforman la serie de aventuras del mago más célebre de la literatura británica. Por lo pronto, como las entradas para la puesta en escena que se estrenó recientemente en Londres están agotadas hasta octubre del 2017, sólo queda leer la historia y regocijarse en la reapertura del mundo mágico de Potter.
Y como de lo que se trata es de celebrar el regreso de Harry y la comida siempre es una gran manera de hacerlo, decidimos hacer un breve recorrido por los platillos más emblemáticos de la cocina muggle y londinense como parte de nuestro festejo, recordemos que el menú del comedor de Hogwarts School of Witchcraft and Wizardry incluye platos típicos de toda la isla británica con un evidente añadido de pociones mágicas. Aquí algunos ejemplos contundentes:
Haggis
El platillo que lleva rotulada la bandera de Escocia, sin duda. En el mundo de Harry Potter se sirven para celebrar las fiestas de Día de Muertos, pero la base de ingredientes es la misma: vísceras de borrego horneadas mezcladas con avena. No para cualquier paladar, pero si quien lee estas líneas ha comido morcilla con gusto, ya dio un gran paso.
Rock Cakes
El problema es que Hagrid es un muy mal cocinero, por lo que el nombre de estos pastelillos hace justicia al resultado: scones (el otro emblema nacional escocés) tan duros como una piedra.
Every Flavor Beans
Estos pequeños magos son partidarios de las bromas en los sabores. Y por eso los frijolitos que tanto se degustan en el Hogwarts Express son una verdadera ruleta rusa: te puede tocar de chocolate o de toffee, pero también de comida de perro, pegamento o vómito.
Corned Beef Sandwiches
Gracias a la señora Weasley, el arte londinense del emparedado está no sólo inscrito en Hogwarts, sino en todo el mundo. Cuando el corned beef es artesanal, curado con las mieles del tiempo, y se acompaña de una mostaza hecha con cariño, estamos frente a uno de los mejores sándwiches del mundo.
Chocolate Frogs
Ante la magia, imaginación. Por tanto, pensemos que la cubierta de chocolate es todo lo que se requiere y olvidemos que lo de adentro es una rana. Para gargantas aventureras.
Pumpkin Pasties
La versión reducida del Sheperds Pie, pero en este caso la carne del interior se acompaña de calabaza dulce. Y en todo Londres se pueden encontrar.
Steak and Kidney Pie
¿Hay algo más británico que el pay de riñones? Puede ser que sólo compita con el te de las 5 y sus tres pisos de delicias. En este caso, ni hablar, este platillo es uno de los autores de la mala fama de la cocina inglesa. En todo caso, aquí va una receta para quienes le tienen afecto. Un clásico, pues.
El tren va de vuelta a Londres
Si la aventura culinaria con esos giros traviesos a la Potter no son el atractivo que estás buscando, lo bueno en Harry Potter es que todos los caminos llegan a Londres. Omitamos aquí, por obvias razones de espacio y enfoque, el panorama inagotable culinario en la capital inglesa, tan enriquecido por los flujos migratorios, y concentrémonos en platillos insignia. Es suficiente para ser muy felices y terminar de quebrar prejuicios.
No hay Londres sin Fish & Chips. De acuerdo con los propios londinenses, el mejor lugar para degustar este plato de pescado rebozado con papas fritas y chícharos es Poppies.
¿Cocina auténtica de pub? Obviamente. Y más si tiene el acento marinero, como los pepinillos fritos con queso Stilton. Los londinenses recomiendan Meat Liquor como el sitio puntero.
Si sopla viento fresco con la consecuente carga de humedad (el clima de 300 días al año en Londres), es el momento adecuado para un platillo que toda la constelación de Hogwarts adoraría: tuétanos. Sí, unos deliciosos bone marrows en Hoppers.
Por supuesto, la magia londinense opera en dos momentos muy puntuales: el desayuno y la hora del té. Los ingleses saben darse un trato real en la mañana cuando se amanece con un poco de tiempo. El tradicional English Breakfast es un plato casi poético y generosamente calórico: huevos fritos, frijoles rojos dulzones, jamón York, tocino, champiñones salteados, tomate a la parrilla y pan con mantequilla.
Hay incluso un ranking bien planteado sobre los 10 mejores sitios para arrancar el día con esta bandeja bien servida: Quo Vadis, Crazy Bear, Annie’s, Pandora’s Kitchen, Tavern Company, Gorilla, Café Inspiral, Lix, The Breakfast Club y Lifebuoy Café, para escoger el que mejor acomode según la región que visites.
La hora del té requeriría una historia completa aparte. Es un tema demasiado serio. Y la posibilidad de elección es casi ilimitada, en función de la calidad de los sándwiches, los scones con crema y, naturalmente, el té. Contribuimos con la causa de mano de los propios londinenses y obsequiamos este link para transitar con certeza por su universo inagotable.
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