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Sexualidad

La sexualidad como la practicaba tu bisabuela

Una práctica sexual retro, donde se vale todo menos la penetración, vuelve a ser tendencia.
19 Jul 2016 – 06:19 PM EDT
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Se conoce como "petting" y no es para nada algo nuevo. Crédito: Getty Images

Una vieja forma de hacer el amor ha vuelto a ponerse de moda y se parece bastante a lo que se hacía en la época de tu bisabuela. Se le llama petting (del inglés, que significa "acariciar") y se conoce en distintos países de habla hispana como el franeleo, la previa, el cachondeo, el faje, el magreo, caldear... o cualquier cantidad de palabras que se refieren a prácticas sexuales que pueden involucrarlo todo, salvo la penetración. Esto puede incluir, además de las caricias, los besos, los masajes, el sexo oral y la masturbación, por sólo mencionar algunos. El objetivo es justamente NO llegar al punto último, a "cuarta base". Lo cual no implica la carencia de un orgasmo. Sólo se trata de buscarlo de otra forma, si acaso de prolongar el suspenso, la magia del momento.


La primera vez, al menos según los registros documentales, en que el petting causó medidas iguales de furor y horror, fue en los años veinte en Estados Unidos, cuando se pusieron de moda los petting parties , o "fiestas de tocamientos" en las que se reunían hombres y mujeres jóvenes con el objetivo de intercambiar besos, abrazos, caricias, todo sin llegar a la penetración y, todo, en la presencia de los demás comensales. Lejos de tratarse de exhibicionismo o incluso de orgías, la presencia de otros funcionaba como un fenómeno regulador que precisamente evitaba que las cosas llegaran a más, según comenta Paula S. Fass, autora de The Damned and the Beautiful: American Youth in the 1920s y profesora emérita de la Universidad de California en Berkeley.

Desde 1915, aparecen menciones de los escandalosos petting parties en los medios impresos de comunicación de Estados Unidos. Según relata Linton Weeks en su artículo para NPR.org, la Liga de Mujeres Americanas de Nueva York se formó justamente con el fin de ejercer la censura sobre las actividades de los jóvenes a raíz del fenómeno. A principios de los años veinte, los cuerpos de policías de Atlantic City (Nueva Jersey) tenían instrucciones de arrojarles cubetas de agua helada a las fiestas de este tipo que se detectaran en las playas, y las parejas de Pittsburg eran multadas si se les llegaba a pillar practicándose tocamientos.

Si bien no resulta difícil imaginar cómo el petting se pudo haber popularizado a principios del siglo XX como una expresión de libertad necesaria dentro de la sociedad sexualmente reprimida y represiva de la posguerra, es más complejo entender por qué se ha vuelto a poner de moda cien años después.

Una explicación posible

En una época como la nuestra, en la que como sociedad parecemos haber trasgredido todos los límites—sexuales y de todo tipo—, en la que el sexo no es sólo fácilmente ofrecido y adquirido, sino capturado por las pantallas de los teléfonos celulares y puesto en circulación para deleite y horror de cualquiera, el retorno al petting puede sugerir un cambio en la dirección del péndulo.


No hay que olvidar que la sexualidad dentro de las diversas sociedades humanas, no ha seguido un patrón lineal, continuo y consistente, de punto A, a punto B, a punto C, de la represión a la liberación. Antes de la recatada y opresora época victoriana que en occidente da pie a la revolución sexual de los años veinte, hubo épocas históricas anteriores en las que hubo tanta o más libertad sexual que en los años sesenta, como bien lo refleja la epidemia de enfermedades venéreas que azotaban a ciudades como Filadelfia en los años que siguieron a la Independencia de Estados Unidos durante el siglo XVIII. ¿Quién no recuerda la icónica cinta Dangerous Liaisons que pretende retratar los juegos sexuales que acontecían en la corte parisina en la víspera de la Revolución sa? No se trata de un invento de Hollywood a la luz de los valores del siglo XX; la historia es una adaptación de la obra de teatro Les liaisons dangereuses de Christopher Hampton, que a su vez es una adaptación de la novela del mismo nombre, escrita en el mismo siglo XVIII por Pierre Choderlos de Laclos.

Un dato de no poca importancia, es que el actual tampoco es el primer revival del así llamado petting. También estuvo de moda en la década post-liberación sexual. Es decir, en los años 1970, a la par, curiosamente, del cóctel de promiscuidad y drogas que marcó de manera célebre la época de oro de Studio54; antes de que el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida obligara a repensar el significado de la libertad sexual, de la vida y de la muerte.

Practicando la sexualidad retro

Quizá la práctica de la sexualidad retro, cuya expresión estamos viendo hoy día en el petting, se deba a que estamos tan saturados por el hiperrealismo de las prácticas amorosas contemporáneas, de la carne por todas partes, de la falta absoluta de misterio y de pudor, de la carencia de obstáculos morales, de la asombrosa obscenidad de todo, que sencillamente se nos han agotado las ideas nuevas. En esta era de lo efímero, es posible que incluso el sexo se haya vuelto algo insignificante, intrascendente; y ante este vértigo, parados a la orilla del vacío, escarbamos en el pasado con la esperanza de encontrar algo que inyecte en nuestras prácticas sexuales, algo que ya hace tiempo dejaron de tener.


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