Libros para colorear: seguramente estás coloreando uno (y no eres un niño)

Puede que de pequeño fueses el que coloreaba siempre dentro de los márgenes o puede que fueses de esos que decidía que el pelaje del oso sería verde... Ahora no importa. Desde 2012 una nueva moda ha comenzado a esparcirse: libros para colorear para adultos.
Todo comenzó con la publicación, en ese año, de Art-Thérapie: 100 Coloriages Anti-Stress de la editorial Hachette. Desde entonces ha vendido más de 2 millones de copias y ha generado la creación de una serie de libros.
Pero el verdadero bestseller es Secret Garden: An Inky Treasure Hunt and Coloring Book, de Johanna Basford. La autora trabaja como ilustradora, generalmente de etiquetas de vinos o perfumes – sus intrincadas ilustraciones siempre en blanco y negro – y la editorial británica Laurence King le pidió en 2011 que hiciese un libro de colorear para niños. Basford, que ya había recibido varios comentarios de clientes diciendo que les gustaría colorear sus ilustraciones, propuso hacer uno para adultos. Se publicó en 2013, para 2015 el libro había vendido 12 millones de copias.
Las marcas de moda no tardaron en subirse a la corriente: Hermès e Yves Saint Laurent ya han publicado sus propios libros para colorear. Y en el caso de los crayones las ventas han aumentado, según reseña un artículo de The Atlantic, 26,4% en 2015.
En Vox.com clasifican los libros en tres tipos: terapia, artísticos y novelty. Los primeros tienden a tener dibujos menos elaborados, pero centrados en su habilidad para relajar. El autor los llama "un Candy-Crush analógico”.
Los artísticos, como el nombre claramente describe, están más centrados en el concepto estético (los libros de Basford entran en esta categoría). Por último los novelty están más centrados en la ironía. Vox.com lo explica con ejemplos que señalan libros para colorear a un fortachón Channing Tatum u otros que te invitan a rellenar malas palabras.
Niños perdidos
¿Por qué de este fenómeno masivo - un artículo de la revista Fortune atribuye la mejora en ventas de libros en 2015 justamente a estas publicaciones y cinco de los 10 mejor vendidos de Amazon son libros para colorear?
Se han publicado muchos análisis de las razones por las que adultos ocupados y, bueno, adultos, se están dedicando a un hobby que siempre se ha visto como algo para niños (aunque en los sesenta hubo otro boom de libros para colorear para adultos, en ese caso centrados en la sátira política).
Por una parte se habla de terapia y de ejercicios anti estrés: mucha gente logra relajarse cuando toma un crayón y comienza a colorear entre líneas. Es un tiempo de soledad y de paz, dicen.
Pero no todos lo ven así.
En un artículo de The New Yorker Susan Linn, psicóloga de la Escuela de Medicina de Harvard, crítica esta moda: “Creo que la popularidad de la literatura young-adult es un declive general producto de que la gente no quiere hacer cosas que requieran esfuerzo”.
En el mismo artículo Susan Jacoby, autora de The Age of American Unreason, es citada diciendo: “El libro de colorear es un artefacto que representa un mayor cambio cultural. Y ese cambio cultural no es bueno”.
No sólo se cita el poder de relajación de los libros y su habilidad para evocar la simplicidad de la infancia. Lo cierto es que esta tendencia no está sola en un universo que se va llenando de actividades encerradas en una especie de Síndrome de Peter Pan. Cómo señala The New Yorker el fenómeno tiene más expresiones en el mundo editorial. ¿Recuerdan cuando se tuvieron que reeditar los libros de Harry Potter con portadas más adultas para que los lectores no tuvieran vergüenza de leerlos en público?
Y no sólo se trata de la industria del libro. En los últimos años ha habido un auge de preescolares o campamentos de verano para adultos, en que por unas horas los asistentes se centran en actividades (manuales o físicas) que recuerdan a la niñez.
El fenómeno también puede tener que ver con la vuelta a lo básico. En un mundo lleno de ordenadores, smartphones y big data, un libro de colorear ofrece la posibilidad de hacer manualidades y, a la vez, poder decidir sin tener que pensar demasiado. O como lo describe Julie Beck, editora de Salud en The Atlantic, en un artículo en primera persona: “Colorear ofrece calma y capacidad de atención sin la parálisis del papel en blanco. Es más fácil de la misma forma que es más simple pedir en un restaurante con un menú reducido que decidir qué quieres en Denny's, donde puedes comer casi de todo. Esta es la Paradoja de la decisión, ha sido estudiada: tener muchas opciones es abrumador. Cuando coloreas sabes en lo que estás trabajando. Decides cómo rellenarlo”.
Dibujar y publicar
Otro factor a tomar en cuenta ha sido el comportamiento del fenómeno en las redes sociales. La gente que se compra los libros quiere luego compartir su hazaña con otros. De hecho, Basford incita a sus “lectores” a enviarle las creaciones de las que estén más orgullosos y las comparte en un espacio llamado Colouring Gallery en su página web.
También se ha convertido en una posibilidad de compartir en persona, como demuestran muchos clubs de colorear en que los se reúnen para rellenar sus libros.
Esta moda se produce en tiempos repletos de nostalgia, una nostalgia por el pasado más o menos lejano, una nostalgia irónica a modo de hipster o una nostalgia seria a modo de productos como Mad Men. Sea la que sea la nostalgia reina hoy en día.
¿Quién no querría por unas horas olvidar sus problemas y ponerse a colorear?