Lo que Beyoncé está gritando con su ropa

Beyoncé no solo habla con su música. Nos grita con su ropa y hace un manifiesto de sus emblemas y sentires con cada uno de los vestidos que ha elegido para su más reciente lanzamiento ‘Lemonade’. Pero, ¿puede la ropa de una artista delatarnos los sentires más profundos de su corazón? Puede y Beyoncé parece decirnos que ahí, entre trapos y vestidos, el corazón se viste sin reservas.
En ese “ensayo sobre el dolor” de esposa herida, de mujer engañada, pero también de mujer afro vulnerada y harta de los abusos, que parece ser su nuevo trabajo, no solo las palabras susurradas y la música delatan a la artista. Es en las maneras como mutan sus vestidos de la contención de un corsé a un desparpajado hoodie (saco de capota) negro en donde se ve su lucha entre el disgusto y la calma, entre la rabia y el perdón.
Como si nos adentráramos en lo más profundo de esa piel (animal) que la cobija en las primeras imágenes lanzadas sobre su nuevo trabajo, como si la bestia herida nos mostrara sus entrañas, Beyonce va insinuando las ideas que direccionan su carrera y su estilo hoy en día.
Lo primero que parece emerger de este mar de imágenes, construidas de la mano de estilista Marni Senofante, es que Beyoncé quiere ratificar su carácter afroamericano, vestir y honrar su piel negra.
Usando vestidos blancos de algodón que evocan el estilo Belle Epoque de finales del Sigo XIX y que caracterizaron las modas de las señoras de los estados agrícolas del sur de Estados Unidos, Beyoncé nos habla de sus propios orígenes, de su padre de Alabama, de su madre de Louisiana, y al igual que lo hizo en su video 'Formation' nos recrea esos tiempos pasados en donde los asuntos de la esclavitud aun estaban sin resolver.
Con su pelo trepado en sofisticados peinados, con sus mangas bombachas y sus estampados de colores Beyoncé nos habla de esas formas como las mujeres negras, tan vulneradas como lo canta en sus propios lamentos, se vestían.
Pero Beyoncé no se queda estancada en su propio pasado. Rápidamente nos lleva, con el glamur que la caracteriza, de vuelta a África de la mano de un despampanante vestido amarillo creado por Roverto Cavalli con el que parece encarnar a Oshun, diosa yoruba del agua y la fertilidad, siempre representada en amarillo y oro. Beyoncé, así convertida en diosa seductora se muestra furiosa y empoderada.
Con cada uno de los vestidos que van apareciendo en los videos, la cantante y ahora activista también va a celebrar las particularidades del cuerpo típico de las mujeres afros. Desde Zendaya y Amandla Sternberg, pasando por Serena Williams todas están vestidas con trajes que enaltecen sus caderas, sus piernas gruesas, su cuerpo bello.
Su ropa también nos trae de vuelta a su realidad más contundente, a ese estilo de mujer glamurosa que, sin embargo, y a pesar de toda la parafernalia que la rodea sigue siendo simplemente una mujer.
Con looks en los que apuesta por contradicciones como llevar un top y unos leggins deportivos, (por supuesto de su propia marca Ivy Park, lanzada recientemente) junto a un poderoso abrigo de piel, Beyoncé juega a delatar que no solo los de su raza le duelen, sino que ella misma es una mujer herida (engañada) que se quiere mostrar real.
El hoodie (saco de capucha) negro que la hace aparecer como un tímido animal que se asoma entre el largo pastizal parece un guiño al estilo más característico de su marido Jay Z, al que le canta entre atormentada y decidida lo que le trajo su infidelidad.
Así, con vestidos glamurosos , abrigos de piel y sacos deportivos Beyoncé nos muestra las múltiples mujeres que habitan en ella.
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