Isabel II: la reina que hizo de los colores vibrantes su conquista

Se espera de una reina que vista elegante, con recato y con cierta ceremonia, pero se espera también que la gente la reconozca, en medio de una multitud que la ovaciona y, lo más importante, que la recuerde. Por eso el vestuario que usa la Reina Isabel II de Inglaterra es una de las estrategias mejor planeadas del Palacio de Buckingham. ¿Qué me voy a poner hoy? es una pregunta a la que la reina nunca se somete. Su ropero se planea un mes por adelantado y a veces hasta seis meses antes está claro qué usará en sus apariciones públicas.
Con la certeza de que todo lo que tiene contenido es su armario es de su entero gusto -una vez que ella se ha involucrado minuciosamente en su creación y ha revisado bocetos, colores y telas- la reina sabe que cada atuendo que se ponga debe lograr la mirada y el respeto de todos, y una estrategia parece venirle funcionando desde hace casi dos décadas y media.
De la mano del diseñador inglés Karl-Ludwig Rehse, quien la viste desde 1988, la Reina de Inglaterra ha intentado crear una marca de estilo que ha hecho que no solo las revistas del socialite mundial, sino las más reputadas críticas de moda y devotas del estilo vuelquen su mirada sobre ella.
La reina de los trajes monocromáticos, de las perlas, y las mini carteras. La insignia del color block o, lo que es lo mismo, de usar colores en bloque. La mujer que alejó la figura de la reina de los emblemáticos, pero aburridos, tonos beige, negros y grises son solo algunas de las maneras como se ha enaltecido su estilo.
Pero nada de capricho hay en su escogencia estilística que ha sido juiciosamente creada.
Usar colores vibrantes como le púrpura, el rosa chillón, el azul aguamarina, el amarillo sol o el rojo sangre han logrado algo que para una reina que lleva más de seis décadas en el reino parece imposible: mantener el interés público, la intriga de la prensa y la tención de las más jóvenes sobre las ropas que va lucir. Es muy meritorio que una mujer de 90 años robe páginas de moda por sus arriesgadas apuestas. Si el mundo celebra a la excéntrica neoyorquina Iris Apfel, cómo no va a celebrar que, en la posición de reina, una mujer se arriesgue con tan escandalosos tonos.
Los colores fuertes que usa en su sombrero, sus abrigos y sus trajes de faldas rectas, que combina con exactitud, logran que, además, ya sea que esté acompañada de Kate Middleton o de sus nietos reales ella siga siendo la más visible y reconocible de todo el grupo.
Sus sombrillas y sombreros son diseñados en concordancia con cada uno de sus trajes. Las sombrillas son estratégicamente trasparentes, para que, aun cuando llueva, su cara se mantenga visible. En cuanto a los sombreros, es mandatorio que lleve uno si se aleja del Palacio, pues es la personificación casual de su corona. Solo cuando está dentro del Palacio puede darse la libertad de no llevarlo.
Finalmente, sus guantes, otra de sus marcas registradas de su estilo, además de evocar la elegancia de otras centurias, se deben también a un mecanismo de protección. Como debe estar en o con tanta gente y saludar, sus manos siempre tienen que ir debidamente protegidas.
A sus 90 años se puede decir que, Su majestad, Isabel II, no es la reina de corazones, sino la reina de los colores.
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