Los niños japoneses no hacen berrinches: sus padres lo consiguen con esta técnica
Criar a un niño no es una tarea fácil, pues involucra muchísimos factores. Y se vuelve aún más complicado cuando no has encontrado la técnica adecuada para controlar los terribles berrinches de tu hijo.
Si estás a punto de perder la paciencia, respira hondo y comienza a ser feliz, porque los padres japoneses han compartido el secreto más valioso para la educación de los niños: cómo evitar que tus hijos hagan berrinches.
Sí, leíste bien. No se trata de controlar los berrinches, sino de evitarlos por completo. No vas a sufrir ni un minuto más porque tu hijo se arrastre por el suelo o grite de forma incontrolable, provocando que lo regañes y ambos terminen estresados.
La clave para evitar los berrinches
Para evitar las rabietas, los padres japoneses siguen una serie de hábitos para mejorar la comunicación con sus hijos, además de que les permite a los pequeños expresar sus emociones de una manera más tranquila.
Relación de respeto
A nadie le gusta que le falten al respeto, pues eso lleva a un camino de violencia y malos tratos. Elimina los insultos y los gritos con tus hijos, recuerda que ellos todo lo aprenden y si tú lo haces, es probable que ellos lo apliquen contigo.
El respeto no debe ser sólo del hijo a los padres, es una relación mutua que deberá alimentarse por ambas partes. Si le enseñas a tus hijos que puedes ser respetuoso con ellos, ellos lo serán contigo.
Sensibilidad
Si tu hijo hizo alguna maldad o una acción que no es correcta, la respuesta a eso deberá ser a través de la sensibilidad. Lo peor que puedes hacer es sólo decirle que «estuvo mal» o «eso no se hace».
Parte de desarrollar la sensibilidad es explicarles a tus hijos por qué no fue adecuado su comportamiento, las consecuencias que podría tener y por qué no debería repetirlo. Esta técnica les hará comprender a profundidad sus acciones y evitará que se repitan.
Platica con tus hijos
La comunicación es muy importante, porque así abrirás un canal de confianza con tus hijos y serán más cercanos a ti. Esto fomentará que se acerquen a ti para consultar sus decisiones, pues tomarán en cuenta tu opinión.
Hazlos sentir parte de la familia. Platiquen entre todos y cuenten sus historias, por más chistosas o raras que puedan sonar. Demostrarle que te interesa lo que piensa hará que tu hijo se sienta escuchado y aprenda a expresarse y escuchar al otro.
Esto seguramente evitará muchos berrinches, porque un niño escuchado y con atención jamás sentirá la necesidad de gritar y llorar desconsoladamente para que le hagan caso.
Pon mucha atención al comportamiento de tu hijo. Si notas que se siente frustrado por algo, pregúntale qué siente y por qué lo siente. Dile que pueden salir a caminar un poco cada vez que se sienta así o que puedes darle un abrazo para que se sienta mejor.
Ayúdale a controlar sus emociones, para que aprenda a lidiar con ellas desde pequeño y no explote. Recomiéndale que respire profundo y esté consiente de lo que siente, para que pueda salir de ello. Te sorprenderás de su disposición.
Tratos o planes con tus hijos
Una relación de negociación puede ayudarte en esos casos en los que tus hijos quieren algo y se aferran a ello, pero y tú no quieres dárselos en ese momento por alguna razón.
Por ejemplo, si saldrás al centro comercial y sabes que tu hijo puede pedirte un helado o un juguete, porque está acostumbrado a eso, antes de salir de casa platica la situación.
Puedes decirle que esta vez no habrá juguete o helado, porque es el turno de mamá o papá de comprar algo, y la próxima vez que sea su turno deberás cumplir y comprarle algo.
También puedes decirle que puede haber un juguete nuevo si regala aquellos que ya no utiliza, o puedes proponerle armar o crear un juguete nuevo o preparar su propio helado.
Los berrinches siempre son una oportunidad de enseñarle a tu hijo que él tiene el control de sus emociones. No explotes con él o ella, toma el control de la situación y respiren juntos.
Con estos pequeños consejos verás un avance muy grande en los berrinches de tus hijos y su capacidad para reaccionar ante situaciones difíciles, las cuales enfrentarán toda la vida.
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