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Consejos para Padres

El cambiante rol de la maternidad

A lo largo de la historia, el rol de la maternidad ha sido juzgado por la sociedad.
17 Dic 2015 – 06:39 PM EST
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Madre con hija Crédito: iStock

Por Patricia Monge


A lo largo de la historia de la humanidad el rol de la maternidad ha sido juzgado por la sociedad y utilizado como un vehículo para la trasmisión de valores y conductas sociales. Distintas "modas" , tendencias y actitudes de las mujeres no "aprobadas" porque no corresponden a los cánones y expectativas deseadas.

Hablar de maternidad no es un asunto sencillo. Nunca lo ha sido, porque cuando lo hacemos, no sólo estamos tocando el tema de la relación madre-hijo, sino que abarcamos a la sociedad completa, sus valores, normas, tradiciones, familia, amigos, escuela, tendencias, moda, publicidad, políticas públicas, etcéra.

Esta es, sin duda, una de las relaciones más importantes y profundas que el ser humano puede tener. Además, la maternidad es el vehículo principal utilizado por la sociedad para perpetrar ideas y paradigmas, estructuras sociales, y valores éticos y morales.

Pero a la hora de tomar una decisión ante esta posibilidad, la presión social llega hacia cualquier opción. Las mujeres son criticadas, sin importar cuál sea su postura ante la maternidad. Aquí, unos ejemplos.

No quiero ser mamá.

En estos tiempos existe la tendencia, cada vez mayor, a la vida child free, en la que las mujeres deciden conscientemente no tener hijos. Este estilo de vida ún se enfrenta a cierta desaprobación social que se manifiesta con preguntas como: ¿Por qué no quieres tener hijos? ¿No puedes o no te gustan los niños? Cuestionamientos que muchas veces van rematados con frases como: “Ya pensarás diferente”.

Es decir, socialmente no se respeta la decisión de no querer tener hijos. Entre las mujeres estadounidenses de 40 a 44 años, un 18% no han sido madres, frente al 10% de 1976 (1,9 millones de mujeres frente a 580.000), según el Centro Pew de Investigaciones. Esta tendencia es similar en España (un 18,1% de las mujeres entre 40 y 44 no tienen hijos), Francia (20,6%), Finlandia (28,8%) y Alemania (tiene el récord: 33,6%), según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).


Ser madre es mi misión en la vida

En oposición a lo anterior, están las mujeres que desde lo más honesto y profundo de su ser eligen ser madres. Las mujeres que dejan cualquier actividad para dedicarse, de tiempo completo, al cuidado de sus hijos y de la familia. Este grupo de mujeres, sin embargo, también recibe cierta crítica social que les achaca falta de aspiraciones o las tilda de anticuadas.


Quiero ser madre y desarrollar mi vida profesional

También están las mujeres que deciden ser madres y seguir trabajando al tiempo que atienden a sus hijos. Este grupo es criticado aduciendo que no están de lleno en ningna de las dos actividades. Ya sea que “descuidan a sus hijos” o bien, que no le dedican el 100% a su carrera.

Sin embargo, investigadores de la Universidad de Macalester, en Minnesota, revisaron el año pasado los estudios sobre la influencia de la vida laboral de las madres en el comportamiento de sus hijos y “los niños de madres trabajadoras tuvieron mejores notas en la escuela, y sufrieron menos crisis de ansiedad que los niños cuyas madres se dedicaban en exclusiva a su cuidado”.


Volver a los orígenes

Otras mujeres, en tanto, eligen para la crianza de sus hijos un estilo de vida y maternidad más naturalista. Esta tendencia crece día a día, por lo que reaparecen prácticas como el parto en casa, como en la época de la bisabuela, o la lactancia 24/7, el colecho (cuando los hijos duerman en la misma cama que los padres), atención completa a los niños, libertad sin manejo de límites.

Esta tendencia, cada vez mejor vista, sin embargo, conlleva el peligro de hacer a la madre atarse por completo, de nuevo, a los hijos, las tareas de la casa, los roles de cuidados, en nombre de “un amor materno” y de la culpa de no ser una buena madre.


Madre soltera

Algunas mujeres deciden ser madres solteras, ya sea porque no encontraron al padre/marido idóneo, o porque si lo hicieron prefirieron dejarlo, o porque el tiempo biológico de reproducción así ayudó en la ecuación. Este tipo de maternidad, aunque cada vez es más aceptada socialmente, todavía encuentra fuertes dificultades y críticas.

Parece que impera la idea de que una madre y su hijo, por sí mismo, no son una familia.

Paulatinamente, la sociedad se acostumbra a los nuevos paradigmas de familia (por ejemplo, parejas del mismo sexo con hijos), pero aún queda mucho camino por recorrer.


La maternidad es un derecho

La feminista sa Élisabeth Badinter, en su libro ¿Existe el instinto maternal?, habla de que el instinto maternal es un mito. “Yo no estoy de ninguna manera contra la lactancia porque sé muy bien que, para algunas mujeres, es una fuente de plenitud y disfrute. Pero no quisiera que este modelo se vuelva obligatorio”, explica. “Se presenta la relación simbiótica con el bebé como el buen ejemplo a imitar. Este modelo de la ‘buena madre’ se está imponiendo moralmente y esto es grave. Apenas una mujer se convierte en madre y ya es culpable. Si una mujer dice que prefiere dar el biberón o si una mujer a los tres o cuatro meses dice: yo tengo ganas de volver a trabajar, es vista como alguien egoísta, como una mala madre”.


Finalmente ser madres es un derecho natural, inherente a cada mujer. Libre y amoroso. Algunas campañas de redes sociales apuestan al cambio y a “soltar” desde adentro, para construir relaciones más sanas y verdaderas. Una de mis favoritas es: “Tregua a la madres” https://www.facebook.com/treselefanteslacampana/timeline ésta ha dado la vuelta en Estados Unidos y América Latina, y es un ejemplo de madres y mujeres buscando un espacio de expresión honesto y sin culpas. Iniciativas orgánicas, para un mundo más colaborativas.

Lo mejor es empezar en casa.

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