¿Qué significan tus antojos y cómo pueden ayudarte a perder peso?
Cualquiera creería que la forma más efectiva para bajar de peso consiste en eliminar determinados alimentos de la dieta y en someterse a un régimen repleto de restricciones. Pero con este plan, tarde o temprano caeremos en la tentación... y todo nuestro ''esfuerzo'' se habrá ido por la borda.
De seguro habrás escuchado que la privación no es la mejor alternativa, pero creíste que tu voluntad de hierro la resistiría. Y sí, tal vez perdiste unos kilos, pero en ese trayecto soportaste e ignoraste (sin necesidad) una enorme cantidad de antojos que estaban allí para decirte algo.
Por más que adoptemos una dieta sana y la respetemos sagradamente de lunes a lunes, siempre aparecerán esas ganas de saborear una galleta de chispas de chocolate. Y no, no te sientas mal por eso, porque de hecho es tu cuerpo que está queriendo decirte algo... y tal vez deberías prestarle más atención.
Una vez que comiences a escuchar a tus antojos en lugar de luchar contra ellos, verás cómo mantener tu peso se vuelve una tarea mucho más fácil y placentera. La respuesta no está en mantener una dieta 100% limpia, porque es humanamente imposible, sino en alcanzar un equilibrio entre lo que es bueno para tu cuerpo y lo que más te gusta.
¿Qué quieren decirte?
Un antojo muy fuerte por determinada comida puede ser una señal de cierta deficiencia nutricional en tu organismo. Nuestros cuerpos son tan inteligentes que funcionan para que todo esté equilibrado, por lo que cuando nos dicen algo debemos escuchar con atención.
¿Qué significa cada uno?
Cada antojo tiene un mensaje diferente: si tienes muchas ganas de comer algo dulce puede ser una señal de que tu consumo de proteína es muy bajo. Si deseas con muchas fuerzas un chocolate, la respuesta puede estar en la falta de magnesio. Si tienes antojo por una comida salada puede que tu cuerpo esté deshidratado y si tienes hambre entre horas es señal de que tu nivel de azúcar en sangre está demasiado bajo.
Algo más profundo…
Si sospechas que a tu cuerpo no le hace falta ningún nutriente, la explicación puede estar en cómo te sientes. Si tienes antojo por algo crujiente puede deberse a que estás atravesando mucho estrés, si necesitas helado es porque su textura suave y cremosa parece ser la solución a nuestra angustia.
Y si quieres beber una copa de vino cada vez que terminas de comer puede ser porque este nos permite olvidar nuestros problemas por un rato. Lo que debes tener en cuenta es que ningún bocadillo ni bebida van a solucionar tus problemas por arte de magia.
Escucharlos
Estar atentos a nuestros antojos es una manera de escuchar todo lo que nuestro cuerpo tiene para decirnos. Por lo tanto, jamás debemos pasarlos por alto. Posiblemente la respuesta no la encontremos en un segundo, pero si observamos un poco más, nos daremos cuenta de qué es lo que en realidad quiere decir esa ''necesidad'' de comer un chocolate todas las noches.
Los antojos son completamente naturales y una clara señal de que eres humano. No debes sentirte más débil ni intentar resistirlos, porque están allí por alguna razón que debes conocer tarde o temprano.
Son una excelente oportunidad para encontrar la raíz de un problema en tu vida y cambiarlo.