Aunque no fumes en casa, los daños que provoca el humo de segunda mano afectan a todos
El daño que fumar provoca no es exclusivo de aquellas personas que consumen cigarrillos. Los “no fumadores” también pueden ser víctimas del “humo de segunda mano” y del de “tercera mano”, cuyas consecuencias pueden ser incluso mucho mayores que el humo exhalado de quienes sí fuman.
Una investigación dejó en evidencia los riesgos que existen de inhalar el humo de tercera mano, cuyo peligro latente se considera similar al de segunda mano a pesar de que su manera de llegar a nuestro organismo es más indirecto.
Diferencias entre humo de segunda y tercera mano
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El humo de segunda mano se conforma por dos tipos: uno llamado “corriente lateral” que hace referencia al humo emanado directamente del cigarrillo encendido, y el de la “corriente principal” que sería el expulsado por el fumador.
Médicos de la Clínica de Cleveland consideran que el lateral es más nocivo que el principal debido a que el consumido por una persona pasa por proceso de purificación del sistema respiratorio, mientras el del cigarro encendido emite los componentes tóxicos sin alguna especie de filtro.
El humo de tercera mano corresponde a los residuos de las sustancias que quedan impregnadas en las superficies (ropa, fibras y telas en general, por ejemplo). Además de las inhalación de gases -donde se combinan con otros contaminantes-, también pueden ser perjudiciales con tan solo tocar dichos objetos.
Aunque el humo de tercera mano entra al organismo del ser humano de manera más “indirecta”, puede tener las mismas consecuencias que el de segunda mano. Así lo aclara el neumólogo Humberto Choi.
El humo de tercera podría provocar cáncer de pulmón
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De acuerdo con Choi, los casos de cáncer de pulmón en “no fumadores” pueden ser causa directa del humo de tercera mano aún y cuando el afectado no aspire humo directamente. Los contaminantes del cigarro se pueden mezclar fácilmente con otros componentes tóxicos del aire.
Puede causar daño en el ADN
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Un estudio realizado por la Academia de Oxford en Estados Unidos confirmó que los componentes toxicológicos del cigarro pueden dañar el ADN. Esto ocurre gracias a la capacidad de las células del humo de tercera mano para adherirse a las células nitrosas del oxígeno que respiramos.
En este proceso, los genomas HepG2 en el ADN del ser humano (relacionadas también al desarrollo de cáncer) fueron expuestas durante 24 horas al humo y provocaron el rompimiento de las cadenas genéticas.
Los niños pequeños corren peligro
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Los infantes en etapa preescolar suelen llevarse objetos a la boca. La convivencia en un ambiente impregnado con humo de cigarro provocaría que los agentes tóxicos se alojaran en juguetes, andaderas u objetos de uso común para el niño. Y como se mencionó, las partículas del humo pueden combinarse con otro tipo de agentes infecciosos con facilidad.
Deshacerse de los residuos es difícil
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Gracias a su capacidad para adherirse a las superficies con facilidad, los residuos son complicados de eliminar. A esto se le puede agregar que si los objetos o el ambiente entran en constante interacción con el humo, las partículas y componentes dañinos se pueden ir acumulando.
El Dr. Choi asegura que la única manera de acabar con los residuos es retapizar, lavar o pintar las superficies impregnadas, lo cual sería un gasto considerable. Por ello, la única alternativa sería dejar de fumar.
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