¿Tienes una sartén nueva? Te decimos cómo 'curarla' para que dure más tiempo
Cuando compras un sartén nuevo es probable que te preguntes: ¿Se puede usar directamente o hay que hacerle algo antes? Debes saber que un secreto pasado de generación en generación es que estos utensilios de cocina se deben 'curar' primero.
Este procedimiento no solo los limpia y prepara para su uso constante, sino que evita que en el futuro se le peguen alimentos y alarga su vida útil.
¿Quieres saber cómo hacerlo? A continuación te explicamos los métodos más populares y efectivos.
#1 Curar un sartén con aceite
Antes de aplicar este método, limpia tu utensilio con un poco de agua o lavándolo con la parte más suave de tu esponja de trastes.
Una vez que esté seco, llévalo a la estufa y vacía un chorrito de aceite (de soya, de canola, oliva o el que uses para cocinar). Toma una servilleta o brocha de cocina y espárcelo por toda la superficie, incluyendo los lados del sartén.
Cuando esté completamente cubierto de aceite, prende el fuego a intensidad media o alta. Deja en la estufa entre 5 y 7 minutos o hasta que se haya consumido por completo.
Apaga el fuego y, con mucho cuidado para no quemarte, pasa de nuevo la servilleta o brocha que usaste al principio. Esto ayudará a que el aceite restante se extienda por el sartén.
Una vez que se haya enfriado, repite el proceso 2 o 3 veces. Una vez terminado, puedes guardar o usar por primera vez este utensilio.
#2 Curar sartén de hierro fundido
Debido a que están hechos de diferentes materiales, el procedimiento no puede ser el mismo.
En el caso de estos, deberás empezar por lavarlo con un poco de agua y la parte suave de tu esponja de trastes.
Cuando esté completamente seco (puedes utilizar un paño para acelerar el proceso), pasa un poco de mantequilla o manteca hasta que cubra toda su superficie. Lleva a la estufa sobre un fuego medio o alto.
Añade un puñito de sal gruesa y saltea o remueve con una palita de madera durante un par de minutos. Esto ayudará a que quite cualquier revestimiento de fábrica, así que si se pone negra, no te preocupes.
Tira la sal, enjuaga el sartén (frío) y vuelve a aplicar una capa de manteca o mantequilla. Lleva al fuego y deja ahí alrededor de 5 minutos.
Pasa con cuidado una servilleta por el fondo y los lados de tu sartén y, ¡listo! Enjuaga una última vez y estará curado y listo para usarse o guardarse.
En el caso de los sartenes de hierro, es recomendable curarlos al menos una vez al año para que rindan por más tiempo.
¿Conocías esta técnica para curar sartenes? ¿Hay alguna otra que tú utilices o que te hayan enseñado? Cuéntanos en los comentarios.
Checa estas historias: