Un padre alcohólico y un matrimonio lleno de abusos: así fue la dura vida de la cantante de Pimpinela
Lucía Galán alcanzó la fama junto a su hermano interpretando canciones sobre peleas sentimentales en el dúo argentino Pimpinela; sin embargo, la cantante confiesa ahora que fue detrás de los escenarios donde recibió abusos por parte de su pareja, cuando intentaba refugiarse del alcholismo de su padre: "La gente no se imagina lo que tuvimos que pasar como familia, como hermanos unidos".
Los hermanos Lucía y Joaquín Galán nunca planearon cantar juntos. En la adolescencia, Joaquín tocaba rock con la banda Luna de Cristal, mientras Lucía se enfocaba en tomar clases de actuación y era corista, primero con el grupo Montana y luego con Manuela Bravo.
En el libro 'Hermanos: la verdadera historia', Lucía y Joaquín relataban que mientras estaban en la cúspide de su carera, vivían momentos dificiles en casa. Ahora, en exclusiva para Univision Entretenimiento, relatan de qué se trataban dichos momentos: "Papá era una persona entrañable de quien heredamos la vocación por la música, y se fue muy pronto porque tenía una terrible enfermedad llamada alcoholismo. Y por tener esa adicción fue una de las dificultades que hay que superar en familia y unidos", cuenta Joaquín, quien fungió como pilar de su madre y su hermana.
Lucía asegura que a pesar de que su padre -hombre asturiano- era cariñoso y profesional, marcó mucho su adolescencia: "Fue mucho trabajo personal, no solo acompañarlo a él a alcohólicos anónimos, porque se sabe que la familia se convierte en una familia disfuncional cuando hay un alcohólico".
La cantante, quien hoy tiene 57 años de edad, buscó la protección fuera de casa sin imaginarse que con el hombre en quien se refugió, "un personaje oscuro" como lo describe en su libro y quien en realidad era su primer amor, tendría la peor experiencia y que viviría llena de abusos en lo profesional y en lo personal, ya que además de ser su pareja, también era su productor.
“Caí en sus brazos de un día para el otro: en semejante estado de vulnerabilidad emocional, ese hombre se apoderó completamente de mi persona. Logró, sin que yo me diera cuenta, hacerme un lavado de cerebro para que solo respondiera a sus mandatos”, escribe Lucía. “Un poco porque era muy chica y otro poco porque necesitaba alguna clase de protección. [...] La única razón por la que estuve a su lado es muy simple: me sentía amada”, se lee en la biografía que lanzaron los hermanos Galán en 2017.
Lucía cuenta que la relación le ocasionó un trauma psicológico después de que dicho hombre hizo que ella perdiera la virginidad con él. "Con este personaje
siniestro, que consiguió enfrentarme a mi familia, tuve mi primera relación sexual, que terminó convirtiéndose en un trauma. '¡Qué horror! ¿Qué hice?', pensaba".
"Hoy estoy sanada, eso ya pasó", sin embargo un miedo la persigue, Lucía es madre de una joven de 25 años, Rocío, de quien siempre se mantuvo cerca para dirigirla y evitar que la experiencia que ella vivió le afectara a su única hija: "El objetivo del libro fue contar que sí se puede salir de eso, antes lo hablé con mi hija y lo hablo todo el tiempo. Uno de repente está muy vulnerable en la parte de la adolescencia, de la juventud... yo a mis 20 años estábamos atravesando esta situación en mi casa, con nuestro padre y estaba muy mal, y uno cuando está tan mal se pega en relaciones tóxicas y se engancha a esas personas sin darse cuenta. Así que bueno, estuve un tiempo al lado de una persona muy abusiva y tóxica que me hizo mucho daño, fue la primera vez que yo comencé con una terapia psicológica", confiesa.
La manipulación del hombre llegó a tal grado que la interrogaba hasta que ella decidía inventar historias con tal de que él dejara en paz. Además el hombre, quien produjo el primer álbum de Pimpinela titulado 'Las primeras golondrinas', llegó a mentirle a Lucía y a su hermano sobre el éxito de su música.
“Recuerdo que una vez allí [en su oficina], abrió una botella de champán. ‘¡Felicitaciones! El disco está número uno en Venezuela!’. ‘¡Guau, qué bueno!’, nos sorprendimos mi hermano y yo”. Más tarde, se enteraron a través de otras personas que el disco ni siquiera había salido en tal país.
“Era una luz de gas, un psicópata. Fui atraída por esa oscuridad y con mi estado emocional, era una candidata a la destrucción”, escribe.
Actualmente ya sanada, Lucía se ha vuelto apoyo para muchas mujeres que la buscan a través de Facebook para saber cómo supero esa relación tan tóxica: "Hay chicas por ahí que escriben y yo solo les cuento mi historia, pero yo no soy profesional".
En “un segundo de lucidez”, Lucía le contó a su hermano Joaquín los abusos de su entonces pareja.Fue entonces cuando Joaquín y su exmánager fueron a decirle que la dejara en paz y nunca volvió a molestarla. "En mi caso tenía a mi hermano y a mi familia que me ayudaron a salir de ahí y me apoyaron, siempre hay alguien que esté ahí para poderle decir: 'Está pasando esto', y poder salir adelante".
“Recién ahora comprendo, a través de todas las cosas que me hizo, que fui una adolescente abusada y maltratada”, reflexiona en su libro.
Su experiencia la llevó a tomar la decisión que marcaría su futuro: “Mi familia era mi lugar en el mundo. ¿Qué mejor, siendo así que concentrarme en un proyecto que incluía a mi hermano y haría tan feliz a mi mamá? Volvía a ver la luz”.
El resto es historia: Pimpinela logró posicionarse como uno de los dúos musicales más populares de Latinoamérica, no solo por lo excéntrico que era ver a dos hermanos discutiendo como marido y mujer en todas sus canciones, sino por su estilo innovador que mezclaba la música con las artes teatrales.
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