El esposo de Ludwika Paleta niega vínculos con una secta que explota a mujeres
Luego de que el diario The New York Times reveló que la empresa Nxvim reclutaba mujeres de entre 30 y 40 años con la promesa de empoderarlas y a través de manipulaciones éstas renunciaban a sus carreras, amigos y familia para convertirse en seguidores de su líder, Keith Raniere, medios mexicanos vincularon con el escándalo a Emiliano Salinas Occeli, esposo de Ludwika Paleta y padre de sus gemelos Bárbara y Sebastián -e hijo del expresidente mexicano Carlos Salinas de Gortari- ya que aparecía como parte de la Junta Ejecutiva de la compañía, que ofrece cursos de empoderamiento y crecimiento personal, y que para muchos, es considerada una secta en Estados Unidos.
Ante esto, Emiliano Salinas emitió un comunicado en el que se deslinda de la información difundida: "El pasado 18 de octubre, el diario The New York Times publicó una historia que vincula, sin fundamento alguno, a Executive Success Programs (ESP), empresa que dirijo en su capítulo México, con hechos presuntamente ocurridos recientemente en Estados Unidos.
" No obstante mi nombre no aparece en el citado artículo, ni hay un vínculo con lo que yo hago en México, no faltaron quienes, en redes sociales y aprovechando la resonancia en mi país de mi apellido paterno, me trataron de vincular personal y directamente, confundiendo con ello a la opinión pública."
Y agregó tres puntos:
1) Rechazo categóricamente cualquier imputación que se haga sobre mi persona, los programas que ofrecemos en México y la institución que me honro en dirigir, respecto de los hechos que se refieren en el artículo del citado medio.
2) Condeno y rechazo personalmente, y a través de todas las asociaciones de las que formo y he formado parte, cualquier forma de violencia, sometimiento, intimidación, presión o abuso en contra de persona alguna, especialmente las mujeres.
3) Nunca, bajo ninguna circunstancia, alguno de nuestros clientes ha sido coercionado, presionado o forzado a hacer algo en contra de su voluntad."
Según la investigación de The New York Times, Raniere, de 57 años de edad, manipuló a sus seguidoras y orilló a algunas de ellas a tener sexo con él y a seguir dietas muy rigurosas al grado de padecer hambre, con tal de lograr un físico que él consideraba atractivo.
Para ingresar a esta organización con presencia en Estados Unidos, México y Canadá, las iniciadas debían proporcionar fotografías desnudas al maestro como promesa de que no revelarían lo que ahí sucedía, y después eran marcadas con un símbolo de Nxivm mediante un complejo proceso médico. En México, Salinas Occelli coordina In Lak’ Ech por la Paz, una iniciativa ciudadana que, según su página en internet, se basa en los postulados de Raniere para “restablecer la paz en México a través del fortalecimiento de la sociedad civil”.