Aprender a vivir tras perder un hijo: cómo Lidia Ávila volvió a sonreír y a ser madre
El 28 de septiembre del 2009 quedó marcado en la memoria de la cantante Paulo Lauria, perdieron a su pequeña hija Sofía, de apenas 7 meses, que desde su nacimiento había tenido problemas de salud. Su pequeño organismo ya no resistió más.
Aunque han pasado muchos años ya de este trágico acontecimiento, Lidia -nacida en Puebla, el 13 de septiembre de 1979- tiene el recuerdo presente de su primogénita. "La muerte de un hijo no se supera, se sobrelleva y uno aprende a vivir con ese dolor", dijo durante un acto de la asociación Mothers Front entidad que busca fomentar "un concepto de madres fuertes", celebrado el 4 de diciembre de 2017.
En este evento, Lidia, que inició su carrera siendo una niña pequeña (primero en un montaje del musical ' Vaselina' y más tarde se incorporó al grupo pop Onda Vaselina, que evolucionó en la exitosa agrupación OV7), habló acerca de lo que sufrió en el último día de vida de Sofía, nacida en Ciudad de México el 24 de marzo de 2009. Apenas pesaba 2 kilos y 400 gramos (5.2 libras).
La bebé nació delicada de salud debido a problemas intestinales congénitos, por lo que su breve vida estuvo pautada por hospitalizaciones, revisiones médicas, y muchos cuidados, que pusieron un gran estrés en la joven pareja conformada por Lidia y Paulo.
"La tarde anterior a su muerte, la estaba bañando en casa y se desvaneció en mis brazos. No podía hacerla reaccionar y me asusté mucho", relató en ese momento a un musical inspirado en su trágica vida.
"Vivía cerca del hospital y corrí como loca a llevarla a urgencias y solo pedía a Dios que salvara a mi hija", dijo Lidia. La pequeña de siete meses edad no respondió de manera favorable a los tratamientos, por lo que los doctores comunicaron a los angustiados padres que no había nada más que hacer.
Un angelito más en el cielo
"Ese día estaba toda mi familia y casi todos pasaron a verla y fue el momento en que nos despedimos de ella. Nos tomamos de la mano, rezamos un padrenuestro y un avemaría, y ahí fue que la máquina que mantenía a Sofi con vida dejó de funcionar, la desconectaron y entonces le pedí a la enfermera que me la diera para cargarla. La tuve en mis brazos unos minutos y le dije que era lo mejor que me había pasado y fue así como me despedí de mi hija", explicó Lidia.
La ceremonia fúnebre para la pequeña, tuvo lugar el 29 de septiembre, en la Basílica de Guadalupe al mediodía y estuvieron presentes familiares y amigos de Lidia, entre ellos sus compañeros de OV7, Óscar Schwebel, Ari Borovoy, Mariana Ochoa, Érica Zaba y M'Balia Marichal, que estaban desconsolados, demostrándole su apoyo a la joven madre, que se despidió de su pequeña dando un beso a la pequeña urna que contenía sus cenizas.
A este desgarrador momento, como ha relatado Lidia, siguió un oscuro proceso de depresión que duró largos meses y que culminó con el colapso de su matrimonio. Fue así, al encontrarse sola de repente en un abrir y cerrar de ojos, pasando de la ilusión y dicha de la maternidad al vacío, que Lidia, aún si tenía a su familia, llegó a pensar en lo más atroz y desesperado.
Al borde del abismo
En su ponencia para Mothers Front, Lidia puntualizó, al recordar esta época tan amarga de su vida, que aún siente ese dolor de pérdida como si no hubiera pasado el tiempo.
"Yo caí en una depresión tan honda que si hubiera tenido una pistola la hubiera agarrado y darme un tiro, yo ya no quería vivir".
Durante la conferencia sobre temas de maternidad, Lidia, que ahora ha reconstruido su vida, paso a paso, se abrió de capa ante el público reunido y con el corazón en la mano y lágrimas en los ojos, narró cómo vivió los meses posteriores a la muerte de su hija Sofía: "Fue una lucha constante para seguir viviendo día con día, fue un duro golpe a mi vida que me hizo entender muchas cosas. Nunca imaginé vivir algo tan doloroso, es algo que ninguna madre debía vivir".
La vuelta a la vida de Lidia se dio gradualmente, gracias al apoyo de sus - más que amigos, hermanos- compañeros de OV7. Con mucha ayuda profesional y apoyo de sus seres queridos, tuvo que pasar cerca de un año para que Lidia pudiera volver a aparecer en los medios y contar su historia, para luego sumergirse en el trabajo y de este modo mantenerse enfocada en otras cosas que no fueran la pérdida y el dolor que la envolvían.
Así fue hasta que conoció en 2011 al cirujano plástico Isaac de Hita, con quien se casó en Ciudad de México el viernes 6 de julio de 2012. Al lado de Isaac, que se ha convertido en un pilar importante de su vida - como lo relató ella a Quién-, Lidia decidió dar una nueva oportunidad a ser madre, algo que hizo no sin perder el miedo que la muerte de Sofía le dejó. En 2014, dio a luz con gran felicidad a Erik y a Lidia un año después, quienes ahora llenan por completo su tiempo.
"A mis hijos les hablo de Sofi y ellos entienden que es su hermanita que está en el cielo. Hoy por hoy, soy feliz con todo lo que he vivido, lo bueno y lo malo", concluyó en su charla.
De manera paralela a sus actividades como mamá de dos pequeños y como integrante de OV7 en la gira 90s Pop Tour, también brinda apoyo a través de Mothers Front a madres que han perdido hijos pequeños, como un modo de dar ayuda a quienes más lo necesitan, como ella en el episodio más trágico de su vida.
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