Madre centroamericana responde a advertencia de Kelly y dice que prefiere que “la deporten a la muerte” a que le quiten su hijo

'Juanita', una guatemalteca que fue detenida junto a su niño cuando llegó a Estados Unidos pidiendo asilo, no se imagina el dolor en su alma si la hubieran separado de su hijo tras cruzar la frontera.
“Yo estuve varios meses presa en un centro de detención de ICE (Oficina de Inmigración y Aduanas) hasta que me dejaron salir con mi hijo de cuatro años”, dice a Univision Noticias vía telefónica la inmigrante, quien pidió mantener su nombre real oculto porque su caso de asilo está en proceso. “Lo traje conmigo, arriesgamos todo, cruzamos todos los peligros y riesgos para pedir asilo”.
La madre catalogó de “muy injusto e inhumano” el anuncio que hizo este lunes el secretario de Seguridad Nacional (DHS), John Kelly, de que considerará separar a los niños de sus padres cuando sean detenidos en la frontera.
“No pueden separarnos de nuestros hijos”, afirmó Juanita. “Yo prefiero que nos manden de regreso y enfrentemos la muerte a que me lo quiten de los brazos. ¿Por qué ahora nos quieren quitar a nuestros hijos?”, se pregunta.
Durante una entrevista concedida a la cadena CNN, Kelly confirmó que el DHS considera esa política “para impedir más movimientos a lo largo de esta red terriblemente peligrosa”, refiriéndose a la oleada de familias que en los últimos años ha intentado entrar al país por la frontera.
Según Kelly, los niños estarían en refugios donde “serían bien tratados mientras nos encargamos de sus padres… Es lo más importante para mí, para tratar de mantener a la gente fuera de esta horrible red", señaló, sugiriendo que la huida de miles de refugiados es parte de una red de tráfico humano.
Para 'Antonia', una madre que solicitó junto a su hijo de nueve años una visa para víctimas de violencia y abusos, la nueva política de separación sería “un maltrato psicológico” contra los padres y los niños inmigrantes.
“Ninguna persona tiene derecho a separarnos de nuestros hijos, ni siquiera el gobierno”, dice Antonia, quien también pidió no revelar su identidad por miedo a perder la posibilidad de permanecer legalmente en Estados Unidos. “Nosotros venimos con traumas a este país. ¿Por qué nos quieren separar? Es un maltrato psicológico para ambos. No lo vamos a permitir.
Antonia y su hijo están en proceso de recibir una visa U para víctimas de violencia. Ella insiste en que preferiría salir del país antes de someterse a la nueva propuesta del gobierno.
“Defenderemos a nuestros hijos como leonas. Pienso que es mejor que nos deporten a la muerte a que nos quiten a nuestros pequeños”, puntualiza.
Antonia fue detenida en 2014 y enviada primero a una “hielera”, nombre que le dan los inmigrantes a los centros de detención de la Patrulla Fronteriza en la frontera. “Ahí me dieron la libertad, pero nadie me dijo que tenía que notificar un cambio de dirección al ICE y también a la Corte de Inmigración”.
Cuando Antonia se mudó sólo dio aviso a ICE. Tiempo después, cuando la corte de inmigración la llamó para una audiencia, emitió un citatorio que llegó a una dirección donde Antonia no estaba. En respuesta, la mujer recibió una orden de deportación en ausencia. Por eso la arrestaron y permaneció varios meses privada de libertad.
Opinión de los expertos
La medida confirmada por Kelly “viola la Octava Enmienda de la Constitución, que prohíbe un castigo cruel e inusual”, dice el abogado José Pertierra, quien ejerce en Washington DC y colabora con la estación local de Univision.
Ya el hecho de “encarcelar a los solicitantes de asilo, en vez de procesarlos, es castigarlos”, agrega. Se trata de “un castigo cruel e inusual cuando se trata de menores de edad. Pero si además de encarcelarlos el DHS los separa de sus madres, el nivel de crueldad entonces se incrementa exponencialmente”.
Pertierra dice además que “el propósito de esta posible medida, que el Secretario Kelly anunció ayer, es aterrorizar a las madres y a los niños para que los que están aquí se vayan, y los que están allá no vengan”.
Y enfatizó que varios estatutos en Estados Unidos y a nivel internacional —como el Acta de Refugiados de 1980; la Convención de Refugiados de 1951 y el Protocolo de 1967— estipulan la unificación familiar y la protección de los niños que llegan a refugiarse. “El asilo es sagrado, es una protección humanitaria para las personas cuyas vidas corren peligro en su país”, dijo el abogado.
Para la abogada Barbara Hines, profesora adjunta retirada de la clínica legal de la facultad de leyes de la Universidad de Texas, la nueva política de Trump para los centroamericanos “es inhumana, inmoral y viola el derecho internacional”, agregando que la Convención de los Refugiados estipula que estos no deben ser penalizados por buscar protección.
En similares términos se refirió Gustavo Torres, director ejecutivo de la organización CASA de Maryland, sobre la medida, que calificó como “detestable”.
Alarma en el Senado
Por su parte, la oficina de la senadora Catherine Cortez-Masto dijo a Univision Noticias que la medida anunciada por Kelly “es ilegal, cruel e inhumana, y violaría el Acuerdo Flores”, que prohíbe el encierro y la privación de libertad de menores de edad. “Separar a niños de sus madres va en contra de nuestros valores estadounidenses”, agregó la oficina de la legisladora de Nevada.
“Tenemos que lidiar con esta situación como lo que es: una crisis humanitaria”, precisó. “Estas madres y sus hijos, en su mayoría centroamericanos, están huyendo de los países más peligrosos del mundo, han sido víctimas de la violencia extrema y merecen ser tratados con dignidad y respeto. El separar familias no hace nada para reparar nuestro roto sistema migratorio o mantener seguro a nuestro país”.
A su vez, el senador Charles Schumer (demócrata por Nueva York), dijo que "amenazar con separar a las madres de sus hijos es cruel y degrada nuestros valores" y que la istración Trump "debe deshacerse de inmediato de esta idea brutal".
"Quitarle a sus madres a estos niños vulnerables sólo causará trauma en ambos sin avanzar en ningún objetivo positivo. Esta política no llega a la raíz del problema y va en contra de nuestro compromiso con los derechos humanos y la decencia", agregó Schumer.