Todas las historias de amor tienen un final y lo mejor es cuando estas se concretan con la persona que más amas y perduran hasta el último de tus días. Así terminaron sus vidas Herbert y Marilyn en Augusta, Georgia en Estados Unidos, quienes sostuvieron su matrimonio por 71 años.
Vivieron su amor hasta el final: 71 años casados y murieron el mismo día
s y Herbert dejaron de existir con 12 horas de diferencia.


Herbert Delaigle murió sobre las 2:20 de la madrugada del viernes 12 de julio y su amada esposa s, falleció justo 12 horas más tarde del mismo día.
La pareja se conoció en 1947, entonces Marilyn s Kilpatrick tenía 16 años, ella trabajaba en la cafetería de la familia de Herbert Delaigle la Waynesboro Café; él ya tenía 22 años, reportaron medios locales, quienes ya habían identificado a la pareja un año antes, cuando festejaron 70 años de matrimonio.
“s trabajaba en un pequeño café que teníamos en Waynesboro, llamado White Way Café”, declaró a la prensa local en 2018. Herbert la notó desde que llegó a trabajar al café, hasta que un día se armó de valor y le preguntó que si algún día querría salir con él.
Salieron durante un año y recuerdan que su primera cita fue para ir al cine. 12 meses más tarde, Herbert le hizo la pregunta que marcó sus vidas: “¿quisieras que fuera tu esposo?, ella respondió que ‘por supuesto’”.
¿Quisieras que fuera tu esposo?
Entre los reclamos de una pareja que pasó más de siete décadas juntos, s sabía lo que le fallaba a Herbert:
Él siempre llegaba tarde
Su boda fue un problema y buena parte era la responsabilidad de Herbert, ya que llegaron una hora tarde a la iglesia.
“El pastor no nos quería casar por la demora, tuve que pagar 5 dólares por ella”, bromeaba Herbert.

Sin duda fue una pareja que dejó su historia marcada por la felicidad con la que compartían sus vidas y en la que formaron una familia de seis hijos, 16 nietos, 25 bisnietos y tres tataranietos.
s pudo experimentar lo que se le conoce como el “síndrome del corazón roto”. Este efecto puede estar relacionado con la profundo estrés que genera la pérdida de un ser querido y deriva en un ataque cardiaco, que puede ser fulminante, según el Texas Heart Institute.